La industria de la celulosa y sus efectos: certezas e incertidumbres

INTRODUCCIÓN

El uso mundial de papel creció 454% entre los años 1961 y 2005 (FAO 2007). Este crecimiento sostenido se debe fundamentalmente a su demanda para empaques, propaganda e informática, y al incremento en el consumo de papeles sanitarios y de uso doméstico. En consecuencia, la fabricación de pulpa y de papel es en la actualidad uno de los sectores industriales más importantes en el mundo, y ha transformado su producto al estatus de “commodity”. Esta industria poderosa está dominada por Estados Unidos, Canadá, Finlandia, Suecia y Japón. Es intensiva en el uso del capital, y posee costos elevados de construcción y de maquinarias, e inversiones grandes en el largo plazo. Los procesos industriales involucrados en la producción de pulpa insumen grandes cantidades de energía y de agua, lo que refuerza la necesidad de producir a gran escala. Esto, a su vez, requiere grandes superficies de terreno para su instalación y lugares con suministro de agua permanente y a elevado caudal. Además, para mantener volúmenes altos de producción se necesita el abastecimiento de materia prima al menor costo posible. Por esta razón, otro requisito importante es contar con grandes extensiones de tierra dedicadas al monocultivo de especies leñosas de crecimiento rápido. Por último, también resulta muy relevante contar con una ubicación geográfica de fácil acceso y con buenas vías de comunicación (acuáticas o terrestres) que permitan una rápida entrada y salida de insumos y productos.

El patrón de crecimiento de esta industria, y del modelo forestal asociado a ella, revela una tendencia creciente a expandirse en países asiáticos (China, Indonesia, Tailandia, Malasia, Vietnam), africanos (Kenia, Sudáfrica, Swazilandia) y latinoamericanos (Brasil, Chile, Argentina, Uruguay). Estos países reúnen las características antes mencionadas para la producción a gran escala. De las 13 millones de hectáreas de plantaciones forestales que existen en el mundo para abastecer la producción de celulosa, 80% está en América del Sur y Asia, y está previsto que aumenten hasta 17.3 millones de hectáreas en 2020 (FAO 2007). Desde el punto de vista socioeconómico, se trata de países abiertos a las inversiones extranjeras que generen fuentes de trabajo y, en varios casos, poseen una escasa o nula legislación ambiental y políticas de ordenamiento territorial.

Este escenario de desarrollo industrial y forestal ha provocado conflictos ambientales en distintas partes del planeta. En América del Sur han tenido lugar accidentes que suscitaron la preocupación y el movimiento de organizaciones sociales ambientalistas y de la sociedad en su conjunto. Tal es el caso del accidente de la Industria Cataguazes, que sucedió en 2003 sobre el río Pomba en Minas Gerais (Brasil), y lo acontecido en el sur de Chile durante 2004 en el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, en el río Cruces. Si bien todas las actividades humanas implican modificaciones estructurales y funcionales en los ecosistemas, en muchas ocasiones los conflictos surgen como consecuencia de que pequeños grupos toman decisiones que impactan sobre la calidad de vida de la mayoría de la sociedad, y de que para dirimirlos, el único criterio que se utiliza es el de maximización del beneficio económico. Las ciencias ambientales han desarrollado conceptos, hipótesis y teorías que permiten desafiar la “lógica del mercado” para resolver los conflictos ambientales. El concepto de servicios ecosistémicos es un valioso auxiliar en el análisis de estos problemas. Según Myers & Riechter (1997), los servicios de los ecosistemas son las condiciones y procesos a través de los cuales los ecosistemas sostienen y satisfacen la vida humana. Para dirimir los conflictos ambientales, Scheffer et al. (2000) señalan que es imprescindible conocer las respuestas de los ecosistemas a las diferentes actividades humanas, como también disponer de una lista lo más amplia y confiable posible de los servicios ecosistémicos brindados. De acuerdo con el Millennium Ecosystem Assessment (MA, http://www.maweb.org), los servicios ecosistémicos incluyen servicios de abastecimiento (alimento, agua, madera y fibra, combustibles), servicios de regulación (climática, de flujos hídricos, de enfermedades y plagas) y servicios culturales (estéticos, espirituales, educativos, recreativos). Por último, los servicios de soporte (biodiversidad, ciclado de nutrientes, formación de suelo, productividad primaria) son aquellos que permiten que el ecosistema esté en condiciones de brindar los servicios mencionados.

La identificación y la cuantificación de los servicios que proveen los ecosistemas son temas técnicos, y es responsabilidad de los científicos poner a disposición de la sociedad dicha información. Esto es importante porque la sociedad debe opinar y su opinión debe ser considerada en los procesos de toma de decisiones (Dietz 2003). La conciencia sobre los problemas ambientales es relativamente nueva, en particular en América Latina. Scheffer et al. (2003) describen la dinámica de la opinión pública a través de un modelo no lineal, con discontinuidades que representan cambios repentinos de opinión, pero subrayan un largo período inicial de inercia frente a los problemas ambientales. Esta lentitud de respuesta de la sociedad se puede asociar con la dificultad para detectar problemas nuevos, del mismo modo que en el sistema inmunológico, la detección de problemas nuevos depende de la experiencia.

Para analizar las consecuencias ambientales de la industria de la pulpa y del papel es necesario considerar los impactos puntuales que producen los efluentes industriales y los gases derivados del funcionamiento de las plantas de celulosa, así como los impactos difusos de las transformaciones en el uso del suelo por la implantación de árboles. En este mismo número, Jobbágy et al. (2008) analizan los cambios funcionales que generan las plantaciones sobre los ecosistemas, y sus efectos sobre la prestación de servicios ecológicos clave como la provisión de agua o el mantenimiento de la fertilidad de los suelos. En este artículo, en cambio, nos concentraremos en el análisis de las evidencias de los impactos puntuales que producen los efluentes.

por Alice Altesor, Gabriela Eguren, Néstor Mazzeo, Daniel Panario y Claudia Rodríguez Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay.

Publicado en Ecología Austral – diciembre de 2008

Acceder al documento completo aquí
http://www.ecologiaaustral.com.ar/files/18-3-4.pdf

About Grupo Guayubira

El grupo "Guayubira", fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. El grupo aspira a tener incidencia a nivel nacional y local para implementar medidas que ayuden a la conservación del monte indígena y a modificar el actual modelo insustentable de desarrollo forestal basado en los monocultivos de árboles a gran escala.
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