Impacto de las plantaciones de eucaliptos en el suelo

Investigación de Facultad de Ciencias muestra resultados preocupantes.

Por Teresa Pérez

En 1987 se aprobó una ley forestal en Uruguay, cuyo objetivo central era la promoción de las plantaciones de árboles a gran escala. Dieciocho años después, el país cuenta con 660.000 hectáreas plantadas en el marco de la ley: el mayor porcentaje es de eucaliptos, el resto es mayoritariamente pinos y en menor medida otras especies tales como sauces y álamos.

La discusión sobre los beneficios y perjuicios de esta actividad en nuestros ecosistemas sigue en pleno debate y la pregunta sobre los impactos en el ambiente comienza a tener respuestas…preocupantes.

Para muchos, era de esperar que el Gobierno tomara la decisión de impulsar una actividad productiva y, a la vez, acompañara ese proceso investigando las consecuencias de la misma en la sociedad, la economía y el ambiente. Dieciocho años han pasado, y desde lo local, las personas directamente afectadas por las grandes extensiones de plantaciones saben que éstas provocan impactos en nuestros suelos, fauna y sobre nuestra agua.

Frente a la omisión del Estado, la Universidad y las organizaciones no gubernamentales han tomado el liderazgo y han avanzado en investigar los impactos ambientales de las plantaciones forestales.

Recientemente, un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Céspedes, Panario y Brazeiro), analizó los impactos de las plantaciones de eucaliptos sobre el suelo. Los resultados de dicha investigación son más que preocupantes (UNCIEP, 2004).

Dicha investigación se llevó a cabo en suelos ubicados en el Departamento de Paysandú, definidos según la ley forestal como “suelos de prioridad forestal”, respondiendo a su textura arenosa. El objetivo de la investigación fue evaluar el comportamiento de las principales variables fisicoquímicas del suelo, luego de 25 años de forestación con Eucalyptus grandis y sus posibles efectos sobre la pedogénesis; es decir, en el proceso de génesis del suelo.

El eucalipto, es una especie que consume importantes cantidades de agua, debido a su alta tasa de evapotranspiración. Simultáneamente, realiza una captura selectiva de nutrientes desde el suelo, en las concentraciones exigidas por el árbol. Esta especie, originaria del oeste de Australia, ha coevolucionado bajo condiciones bioclimáticas específicas, propias de su hábitat de dispersión, por lo que, una vez introducida en otro ambiente, buscará reconstruir las condiciones ambientales de origen. A nivel de suelo, ello ha de traducirse en cambios en sus propiedades fisicoquímicas, acorde a su demanda nutricional.

En el caso estudiado, la investigación mostró que los suelos, originalmente evolucionados bajo un ecosistema de praderas, luego de 25 años bajo plantaciones de eucaliptos, presentaron efectos significativos en un número importante de variables, que redundaron en cambios en la pedogénesis. Esos impactos varían a medida que avanzamos en la profundidad del suelo. En la primera capa del suelo (conocida como horizonte A; de unos 30 cm de espesor) se comprobó que los impactos son muy severos y que estos son menos significativos a medida que descendemos en la profundidad del suelo.

Los resultados a los que arribó la investigación fueron:

a) Acidificación del suelo

Se observó que los suelos bajo plantaciones se han vuelto notoriamente más ácidos. Los suelos de praderas uruguayas, ligeramente ácidos, tienen un pH de aproximadamente 6,5 – 6,8. Los suelos bajo plantaciones, mostraron resultados muy por debajo de esos valores en el entorno de 3,8 – 4.

La acidez fue más alta en el primer horizonte del suelo (horizonte A) y disminuyó en las capas más profundas (horizonte B). La causa principal de dicha acidificación es que el eucalipto extrae grandes cantidades de calcio del suelo, contribuyendo así a que el pH descienda. Este calcio es luego almacenado en forma de cristales (oxalato de calcio) en las hojas y en el tronco.

Al disminuir el contenido de calcio del suelo, el bajo pH destruye parte de las arcillas del horizonte A, con la consiguiente liberación de aluminio; elemento que en altas concentraciones resulta tóxico para las plantas. Entonces ciertas especies de plantas que habitaban esos suelos, ahora se encuentran con que las condiciones del mismo se han vuelto inapropiadas para su supervivencia. Sin embargo, hay especies que sí logran adaptarse a las nuevas características del suelo, como es el caso de la “gramilla brava” (Cynodon dactilon), una especie exótica. Para los microorganismos, estos cambios serían incluso mas graves, debido a que son muy sensibles a los cambios fisicoquímicos del suelo.

Según otros estudios, este ambiente más ácido es un factor que contribuye a la proliferación de hongos, en particular, basidiomicetas. Estos hongos generan un entramado de micelios sobre la tierra (que se puede visualizar en el campo como filamentos blancos) que inducen a una verdadera impermeabilización del suelo (fenómeno conocido como “water repellency”) que impide que el agua penetre con facilidad hacia la profundidad del mismo. Ello produce un aumento comparativo de la escorrentía superficial, estimulando la erosión laminar del suelo.

b) Disminución de la Capacidad de Intercambio Catiónico

La capacidad de intercambio catiónico (CIC), expresa la capacidad de retención de nutrientes minerales de un suelo; es decir, determina su fertilidad potencial. La investigación mostró que la CIC disminuyó en el horizonte A por la influencia de los eucaliptos. Esta disminución de la CIC en el horizonte A es por demás grave, ya que es sobre este horizonte del suelo donde se asienta la producción agropecuaria.

c) El contenido de materia orgánica también disminuyó notoriamente

Si bien no fueron estudiadas las causas de tal disminución, cabe suponer que ésta responde a dos factores, no excluyentes entre si. Por un lado, responde a una menor incorporación de residuos orgánicos respecto a la pradera. Estos residuos depositados en superficie por la plantación de eucaliptos, por su naturaleza bioquímica, son más recalcitrantes y por ende más resistentes a la biodegradación. Por otro lado, se origina en la “exportación” que realiza la plantación de eucaliptos de la materia orgánica originalmente acumulada en el suelo por la pradera. La drástica disminución de materia orgánica que afecta al horizonte A redunda en una disminución de su CIC y concomitantemente de la fertilidad del suelo, así como también genera importantes efectos en la estructura del suelo, la aireación, y la actividad biológica, entre otros fenómenos.

d) Cambios irreversibles en la textura y estructura de los suelos

Si bien el horizonte A no presentó una disminución significativa de arcilla, el horizonte B, por el contrario, registró un aumento notorio de la misma. Este aumento de arcilla en el horizonte B, sin que se registre una pérdida importante en el horizonte A, no podría ser explicado únicamente por procesos de lavado de arcilla (argiluviación). De modo, que deben también estar ocurriendo procesos de neoformación de arcilla a partir de los elementos liberados durante el proceso de acidificación del horizonte A. Estos elementos son arrastrados (lixiviados) hacia el horizonte B, en donde, estimulado por procesos estacionales de humectación-desecación, sintetizan nuevas arcillas. El desarrollo de un horizonte B textural (Bt) muy arcilloso, conduce a una disminución en su permeabilidad por la gradual obturación de poros. Este cambio textural y estructural del suelo dificulta la recarga de acuíferos, pero sin que se vea mayormente afectada la capacidad de succión radicular del árbol. En resumen, puede decirse que la plantación de eucaliptos dificulta el ingreso de agua al suelo por más de un mecanismo, pero no deja de consumir agua debido a la capacidad de sus raíces.

En resumen, la investigación demuestra la gravedad de los cambios que están ocurriendo en los suelos ocupados por monocultivos de eucaliptos. Frente a ello, los promotores del modelo forestal minimizan la importancia de esos impactos enfatizando que las plantaciones se realizan en suelos de “prioridad forestal” que definen como de baja productividad agrícola-ganadera. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esa calificación se basó en un índice (llamado CONEAT) que mide la producción en términos de la actividad ganadera (producción de carne y lana por hectárea) y bajo esta perspectiva se les asignó una muy baja productividad (aunque sin referirse a la actividad agrícola, que no fue tomada en cuenta).

Pero más allá de la mayor o menor capacidad productiva de esos suelos, es importante resaltar que los mismos cumplen con otras funciones fundamentales del ecosistema. En efecto, estos suelos de estructura arenosa, muy permeables, juegan un rol muy importante en la recarga de agua de los acuíferos y en el ciclo hídrico. Como se vio, los cambios constatados están afectando esa capacidad y por ende impactando sobre los recursos hídricos del país.

A ello se suma, la irreversibilidad de los cambios provocados por los eucaliptos en el ecosistema de suelos de pradera, y la eventual afectación hacia el futuro de otros usos alternativos para la tierra y el agua. Cientos de miles de hectáreas de suelos están siendo profundamente modificados por los monocultivos forestales y con ellos la flora, la fauna, el agua y la capacidad productiva a largo plazo de los mismos. Instamos entonces a los organismos competentes del Estado a analizar detenidamente este estudio y, en caso que se considere necesario, a llevar a cabo sus propios estudios sobre el tema antes de que sea demasiado tarde.

Artículo elaborado en base a entrevista realizada a Carlos Céspedes, investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República. Por más información consultar la tesis “Cultivos forestales: efectos sobre un suelo de pradera” – junio de 2003, elaborada por Carlos Céspedes, disponible en biblioteca de Facultad de Ciencias.

Por más información sobre el tema, comunicarse con Carlos Céspedes en la siguiente dirección electrónica: cespedes@fcien.edu.uy

About Grupo Guayubira

El grupo "Guayubira", fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. El grupo aspira a tener incidencia a nivel nacional y local para implementar medidas que ayuden a la conservación del monte indígena y a modificar el actual modelo insustentable de desarrollo forestal basado en los monocultivos de árboles a gran escala.
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Un comentario sobre Impacto de las plantaciones de eucaliptos en el suelo

  1. […] además de una fuerte disminución de rellenado de aquiferos sin restar su alto consumo de agua (+impacto de las plantaciones de eucaliptos en el suelo). Además por su gran altura y tipo de madera es una especie muy sensible a los incendios […]

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