Impactos del comercio internacional sobre el ambiente y las poblaciones locales

“No venderé el rico patrimonio de los orientales al vil precio de la necesidad” (José Artigas)

En el marco de la reunión organizada en Uruguay por Amigos de la Tierra Internacional para analizar los impactos del comercio internacional sobre el ambiente y las poblaciones locales, el Grupo Guayubira considera importante poner sobre la mesa el tema de las grandes plantaciones de eucaliptos y pinos que se continúan promoviendo en el Uruguay.

La creciente superficie de nuestro territorio que viene siendo ocupada por monocultivos forestales a gran escala constituye en realidad una gota en un océano de plantaciones similares que se están promoviendo simultáneamente en decenas de países del Sur. Es así como este modelo ya ocupa millones de hectáreas en países como Chile, Brasil, Sudáfrica, China e Indonesia. A estos se suman áreas de cientos de miles de hectáreas en Venezuela, Argentina, Nueva Zelanda, Malasia y otros. Adicionalmente, el mar de monocultivos está actualmente creciendo en prácticamente todos los países de América Latina (por ejemplo, México, Colombia, Ecuador, Costa Rica) y en numerosos países de Asia (por ejemplo Vietnam, Tailandia, Camboya), Oceanía (Hawaii) y Africa (Congo, Kenya, Tanzania, entre otros). Incluso se extienden en las potencias “menores” dentro de los países industrializados (España, Portugal, Australia).

La razón de lo anterior es muy sencilla: el actual modelo de producción y consumo ya ha destruido la mayor parte de los bosques económicamente utilizables del planeta y se enfrenta a la disyuntiva de elegir entre disminuir el consumo a niveles sustentables o incrementarlo a través de la implantación a escala global de monocultivos forestales que les aseguren un abastecimiento continuo de materia prima. Evidentemente se optó por la segunda opción, que implica que la futura oferta abundante de madera permitirá su adquisición a precios bajos, con la consiguiente disminución de los márgenes de ganancia en los países productores. Como siempre, el peso de Uruguay en ese mercado globalizado será marginal, por lo que el gran negocio publicitado seguramente resultará en una nueva frustración para el país.

Es importante señalar que en todos los países mencionados más arriba, las comunidades locales denuncian similares impactos: apropiación de la tierra por parte de las grandes empresas, expulsión de pobladores locales, incremento de la pobreza, destrucción de los ecosistemas nativos (bosques o praderas), disminución de la disponibilidad de agua, desaparición de especies de flora y fauna, impactos sobre los suelos, aumento de plagas que afectan la producción agropecuaria y muchos otros.

Pese a lo anterior y a no existir en Uruguay ningún estudio completo sobre los impactos ambientales y sociales de este modelo, el nuevo gobierno ha hecho un llamamiento público y personalizado a los inversionistas forestales chilenos a invertir en Uruguay. Lo mismo hizo con la gigantesca empresa brasileña Klabin y desde el gobierno se establece ahora como meta la plantación de 3 millones de hectáreas de plantaciones de este tipo.

El grupo Guayubira entiende que los perjuicios que está generando el actual modelo forestal -multiplicados en relación directa con el incremento de la superficie plantada- son mucho mayores a los muy dudosos beneficios que esta actividad le podría aportar al país y a su gente. En consecuencia, solicitamos que se suspendan los mecanismos promocionales actualmente vigentes -subsidios, exoneraciones impositivas, créditos blandos, apoyo en infraestructura e investigación- hasta tanto no se realicen los necesarios estudios de impacto. Los recursos así ahorrados podrán ser utilizados para cubrir las necesidades de apoyo de otros sectores productivos que no cuentan con el poder económico que tienen los inversores forestales extranjeros.

El principal patrimonio de los orientales -además de su gente- es el suelo. Este mismo suelo, del que Artigas expulsó a “los malos europeos y peores americanos”, está siendo ahora ofrecido al mejor postor. El latifundio más grande del país (de casi 100.000 hectáreas) ya pertenece a una empresa maderera norteamericana (la Weyerhaeuser), decenas de miles de hectáreas pertenecen a capitales angloholandeses y finlandeses (La Forestal Oriental), españoles (ENCE) y otras decenas de miles de hectáreas a inversores chilenos, canadienses y de otras nacionalidades, a los que se suman las plantaciones realizadas por inversores uruguayos. ¿En qué quedó lo de “no venderé el rico patrimonio de los orientales al vil precio de la necesidad”?

About Grupo Guayubira

El grupo "Guayubira", fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. El grupo aspira a tener incidencia a nivel nacional y local para implementar medidas que ayuden a la conservación del monte indígena y a modificar el actual modelo insustentable de desarrollo forestal basado en los monocultivos de árboles a gran escala.
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