Observaciones sobre un monte ralo en el arroyo Alférez

Por Ricardo Carrere – Febrero-Marzo de 1993

1. Introducción

El monte donde se hicieron las siguientes observaciones se encuentra ubicado sobre el arroyo Alférez, en el límite entre los departamentos de Maldonado y Rocha, en la zona norte del primero y unos 4 kms del km 202 de la ruta 13 (localidad de los Talas)

Lo que sigue no tiene pretensión científica alguna, puesto que se realizó como actividad de “tiempo libre” durante los 4 días en los que el autor estuvo acampado en la zona con su familia. Sin embargo, puede tener alguna validez para la discusión acerca de las características pasadas y presentes de este tipo de montes, que abundan en la región. En particular, para iniciar un intercambio con otras personas interesadas en el tema sobre si se puede considerar a estos montes como monte de parque” o si esta denominación debe ser aplicada únicamente a los montes ralos del litoral del río Uruguay.

2. Descripción

El monte en cuestión se encuentra sobre la margen occidental del arroyo Alférez, que se caracteriza por ser más elevada que la margen opuesta, a la vez que por la presencia de afloraciones rocosas, que en algunas zonas llegan hasta el borde del arroyo. Estas características del terreno determinan la presencia de un tipo de vegetación mesoxerófito, que se diferencia claramente de la hidrófila que bordea el arroyo y se hace mas abundante en la margen oriental.

El monte se divide en dos zonas bien diferenciadas:

a) El monte denso que bordea tanto el curso principal del arroyo como los afluentes secundarios. Aquí abundan los sarandíes (en particular Phyllanthus sellowianus, y con menos frecuencia Cephalanthus glabratus), blanquillos (Sebastiania klotszchiana) sauces (Salix humboltiana) mataojo (Pouteria salicifolia), guayabo blanco (Eugenia uruguayensis), arrayán (Blepharocalyx tweediei), Jazmín del Uruguay (Guettarda uruguensis), etc.

b) El monte ralo, ubicado a continuación del anterior, que se desarrolla sobre la pendiente y es sustituido por pasturas naturales al llegar a la parte más alta del terreno.

En lo que sigue nos referiremos exclusivamente al monte ralo.

El monte está compuesto en casi todos los casos por grupos de árboles y arbustos de alturas, diámetros y edades diferentes, que se desarrollan entre claros de vegetación pratense de diversa amplitud. En algunas zonas estos grupos de árboles se encuentran relativamente cercanos los unos a los otros, con una separación de unos pocos metros entre si, mientras que en otras se observan grandes claros de hasta 50 metros de pradera. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la distancia entre un grupo y otro se ubica en torno a los 5—10 metros.

Resulta muy difícil y poco útil hablar de densidad promedio, puesto que dentro de los grupos la densidad es muy elevada, pudiendo haber muchos pies por metro cuadrado, lo cual hace que la densidad por hectárea pueda ser elevada, mientras que el monte en su conjunto es en realidad ralo.

La misma dificultad existe para elementos como altura, diámetro y edad. En efecto, en un mismo grupo pueden coexistir árboles de 40 cms de diámetro y 8 metros de altura con árboles y arbustos de algunos centímetros de altura. Por otro lado, existen grupos cuya altura actual es de sólo 50 cms de altura.

Muchos de estos grupos se desarrollan entre los afloramientos rocosos, aunque también existen grupos fuera de los mismos y afloramientos desprovistos de arboles.

El número de especies por grupo es variable, pudiendo consistir en un sólo pie de una especie (p.ej. coronilla, tala, congorosa, etc.), aunque este es el caso menos común, por lo que optamos por hablar de grupos de árboles.

A continuación se presentan las especies encontradas en los 37 grupos observados, con la aclaración de que no se discrimina el numero de pies existentes por especie, ni la especie predominante.

1) Aruera (Lithraea brasiliensis), Congorosa (Maytenus ilicifolia), Coronilla (Scutia buxifolia), Chal chal (Allophyllus edulis), Envira (Daphnopsis racemosa) Palo de fierro (Myrrinium loranthoides). Total: 6

2) Aruera, Coronilla, Molle (Schinus longifolius). Total: 3

3) Aruera, Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Guayabo blanco (Eugenia uruguayensis), Molle, Palo de fierro, Sombra de toro (Iodina rhombifolia), Tala (Celtis spinosa). Total: 10

4) Coronilla, Envira, Guayabo blanco, Molle, Palo de fierro, Sombra de toro, Tala. Total: 7

5) Coronilla, Chal chal, Palo de fierro, Tala. Total: 4

6) Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Molle. Total: 5

7) Aruera, Congorosa, Espina amarilla (Berberis laurina), Guayabo blanco, Molle, Palo de fierro, Tala. Total: 7

8) Aruera, Coronilla, Chal chal, Envira. Total: 4

9) Aruera, Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Espina amarilla, Molle. Total: 7

10) Blanquillo (Sebastiania klotszchiana), Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envjra, Jazmín del Uruguay (Guettarda uruguayensis), Molle, Palo de fierro, Sombra de toro, Tala. Total: 10

11) Aruera, Blanquillo, Congorosa, Coronilla, Espina amarilla, Guayabo blanco, Molle. Total: 7

12) Aruera, Coronilla. Total: 2

13) Coronilla, Chal chal, Falo de fierro. Total: 3

14) Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Molle. Total: 5

15) Envira, Espina corona (Xylosma warburgii), Molle, Palo de fierro. Total: 4

l6) Aruera, Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Molle, Palo de fierro, Tala. Total: 8

17) Aruera, Congorosa, Coronilla, Palo de fierro. Total: 4

18) Aruera, Coronilla, Chal chal, Envira, Molle, Palo de fierro. Total: 6

19) Aruera, Arrayán, Congorosa, Coronilla, Chal, chal, Envira, Espina amarilla, Guayabo blanco, Molle, Murta (Myrceugenia glaucescens), Palo de fierro. Total: 11

20) Aruera, Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Espina amarilla, Guayabo blanco, Molle, Tala. Total: 9

21) Aruera, Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Guayabo blanco. Total: 6

22) Aruera, Coronilla. Total: 2

23) Aruera, Coronilla, Chal chal, Envira, Espina amarilla, Molle, Palo de fierro. Total: 7

24) Aruera. Total: 1

25) Coronilla, Envira, Molle, Palo de fierro. Total: 4

26) Aruera, Coronilla. Total: 2

27) Caramamuel (Colletia spinossisima), Espina de la cruz (Colletia paradoxa) . Total: 2

28) Aruera, Congorosa, Chal chal, Envira, Espina amarilla, Molle, Palo de fierro. Total: 7

29) Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Tala. Total: 5

30) Congorosa, Coronilla, Envira, Molle, Palo de fierro. Total: 5

31) Aruera, Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira. Total: 5

32) Aruera, Coronilla, Envira, Espina amarilla, Molle. Total: 5

33) Aruera, Caramamuel, Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Espina amarilla, Guayabo blanco, Molle, Murta, Palo de fierro, Tala. Total: 12

34) Blanquillo, Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Molle, Palo de fierro, Tala. Total: 8

35) Blanquillo, Coronilla, Chal chal, Envira, Molle, Palo de fierro. Total: 6

36) Aruera, Blanquillo, Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Espina corona, Maytenus cassinaeformis, Palo de fierro. Total: 9

37) Aruera, Blanquillo, Congorosa, Coronilla, Chal chal, Envira, Maytenus cassinaeformis, Molle, Palo de fierro, Sombra de toro, Tala. Total: 11

En promedio, existen casi 6 especies por grupo (5,9)

La frecuencia de especies en los 37 grupos estudiados es la siguiente:

Coronilla 32 86,5 %
Envira 26 70,3
Aruera 24 64,9
Chal chal 23 62,2
Molle 23 62,2
Congorosa 21 56,8
Palo de fierro 21 56,8
Tala 11 29,7
Espina amarilla 9 24,3
Guayabo blanco 8 21,6
Blanquillo 6 16,2
Sombra de toro 4 10,8
Espina corona 2 5,4
Caramamuel 2 5,4
Maytenus cassinaeformis 2 5,4
Murta 2 5,4
Arrayán 1 2,7
Espina de la cruz (paradoxa) .1 2,7
Jazmín del Uruguay 1 2,7

3. Factores que actúan negativamente sobre el monte

Este monte está sometido a una serie de factores que actúan en su contra y que dividimos en humanos y naturales:

3.1. El factor humano

El hombre actúa de diversas formas, siendo las principales las siguientes:

a) El manejo ganadero del predio. El ganado utiliza esta zona del establecimiento para beber y buscando sombra y abrigo casi inexistentes en el resto del predio. Esto implica la presencia diaria de animales, que pisotean e ingieren las plantas jóvenes y los rebrotes de los árboles cortados. Por otro lado, es probable que al propietario de los animales le interese tener más o menos “limpia” esta zona, tanto para facilitar el acceso al agua de los animales, como para eliminar obstáculos para el manejo más fácil del ganado e incluso para ganar campo para la ganadería. Esto puede haber implicado, en el pasado, la corta de árboles con este objetivo.

b) La tala de árboles. Esta acción puede originarse en la hipótesis anterior, pero también en la obtención de leña (en particular de coronilla). Cualquiera sea el caso, lo real es que se observaron numerosos tocones de árboles cortados, algunos de los cuales habían rebrotado, mientras que otros estaban muertos. Es probable que la presencia bastante frecuente de arueras haya limitado la corta debido al temor que inspira esta especie a muchos monteadores, aunque en muchos casos también se observaron arueras cortadas.

c) La acción de los acampantes. Si bien no se considera que estos ejerzan una acción comparable a la de los dos casos anteriores, es probable que, dada la frecuencia con que el lugar es utilizado con este fin, también signifique un impacto negativo de cierta importancia sobre el monte y en particular sobre su regeneración.

3.2. Los factores naturales

En un monte intervenido como éste, los factores naturales podrían tener una influencia negativa mayor a la que ejercen en un ecosistema no intervenido. Entre los factores naturales que de alguna manera inciden negativamente sobre los árboles y arbustos se pueden mencionar los siguientes:

a) Fauna indígena. En la zona se constata la presencia de carpinchos, liebres (especie exótica naturalizada), hormigas cortadoras, insectos defoliadores, especies que se alimentan de semillas, etc. Se desconoce si la vegetación arbórea y arborescente cuyo fol1aje se observó comido por animales, lo fue por alguna de estas especies o por el ganado vacuno y lanar existente.

b) Flora indígena. Existen numerosos ejemplares parasitados por “flor de pajarito” y también disminuidos en su capacidad fotosintética por la abundancia de epífitas como la “barba de viejo”. Sin embargo, estas especies también existen en abundancia en el monte ribereño poco intervenido, por lo que es difícil que se las pueda considerar un agente importante en la degradación del monte.

4. Hipótesis: pseudo monte de parque

La hipótesis que surge del estudio preliminar de este monte, es de que no se trata de un monte de parque en sentido estricto, sino que su actual apariencia de prado arbolado resulta del deterioro del monte original, causado principalmente por la acción humana directa a indirecta, a la que se podrían sumar algunos factores naturales (como la hormiga), favorecidos por la previa acción humana.

El monte actual y su característica de estar conformado por grupos heterogéneos y discetáneos de especies arbóreas y arbustivas (que nos induce a denominarlos “islas de biodiversidad” o “refugios de flora”) parece constituir relictos de un monte otrora cerrado. En estos grupos están presentes la casi totalidad de las especies que conforman el monte ribereño, con la sola excepción del quebracho flojo (poco frecuente en el resto del monte) y de las más hidrófilas (sauce criollo, sarandí blanco y colorado, mataojo). Esta hipótesis se robustece por el hecho de verificarse la presencia da tocones muertos (de hasta 60 cm, de diámetro) en áreas que han quedado abiertas por la desaparición de dichos ejemplares. La presencia de enviras (especie que se desarrolla en al sotobosque) a campo abierto también estaría apuntando en la misma dirección.

Si bien las observaciones realizadas resultan a todas luces insuficientes para arribar a conclusiones firmes en este sentido, planteamos, como hipótesis de trabajo, que este monte debe ser considerado como un pseudoparque y no un monte de parque propiamente dicho.

5. Confirmación posterior

Luego de haber redactado lo anterior, hemos tenido la oportunidad de conversar con el propietario del establecimiento, quien nos confirma la hipótesis. En efecto, de lo conversado surgen los siguientes elementos:

1) Que el establecimiento estuvo arrendado desde 1975 a 1992 y que el arrendatario fue responsable de diversas acciones de deterioro del monte.

2) Inicialmente, el arrendatario solicitó “abrir picadas” para facilitar el abrevamiento del ganado, lo cual le fue autorizado. Hasta ese momento, el monte era cerrado.

3) Posteriormente, el arrendatario cortó numerosos árboles para la elaboración de carbón.

4) De estas acciones resultó que el monte, que cubría toda la zona costera, abarcando la pendiente donde hoy se encuentra el monte que analizamos, se fue “abriendo” dando lugar al prado arbolado hoy existente. Es decir, que efectivamente se trata de un monte deteriorado y no de un monte de parque.

Ricardo Carrere, Febrero-Marzo de 1993

About Grupo Guayubira

El grupo "Guayubira", fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. El grupo aspira a tener incidencia a nivel nacional y local para implementar medidas que ayuden a la conservación del monte indígena y a modificar el actual modelo insustentable de desarrollo forestal basado en los monocultivos de árboles a gran escala.
This entry was posted in Estudios e investigaciones sobre monte indígena. Bookmark the permalink. Follow any comments here with the RSS feed for this post. Post a comment or leave a trackback: Trackback URL.

Deje un comentario

Su e-mail nunca es publicado o compartido. Los campos obligatorios están indicados *

*
*

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>