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Campaña Plantaciones

El papel del Sur. 
Plantaciones forestales en la estrategia papelera internacional

Ricardo Carrere y Larry Lohmann

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Capítulo 5

Los actores detrás del escenario

El auge de las plantaciones de árboles descrito en este libro, no es el resultado de una conspiración de un pequeño grupo organizado de industriales, puesta en práctica fácil y despreocupadamente en razón de su omnipotencia. Tampoco es el resultado de "mecanismos de libre mercado" o de un inevitable e impersonal "impulso hacia el desarrollo económico", que ahora debe pasar a ser "sustentable". Se trata más bien de una compleja lucha social, cultural y política, en la que participan una multitud de agentes con diferentes intereses, inclinaciones culturales y motivaciones y que actúan enfrentados a constantes y variadas formas de resistencia. Estos agentes, actuando en alianzas informales (aunque usualmente de una manera eventual y a veces incoordinada y ad hoc), logran que la maquinaria para la producción de pulpa y papel se vuelva vendible, el financiamiento accesible, los intereses políticos combinables y la centralización del control sobre los recursos posible. Como preludio de los estudios de caso de la segunda parte, en este capítulo se presentará a algunos de los más prominentes de actores, se bosquejarán algunas de sus interacciones y se esbozarán algunas de las estrategias que guían sus acciones.

Empresas de pulpa y papel

Los clientes más importantes para la madera proveniente de plantaciones son, obviamente, los productores de papel. En conjunto, estas empresas constituyen uno de los diez principales sectores industriales del mundo, representando el 1% del total de la producción económica mundial. Las 65 principales empresas productores de papel están listadas en el cuadro 5.1.

Como se señaló en los capítulos 2 y 3, esta industria está dominada por el Norte, donde se produce alrededor del 90% del total mundial de madera para pulpa, más de cuatro quintos del total de pulpa y entre tres cuartos y cuatro quintos del papel. La misma está a su vez dominada por los Estados Unidos, que ostenta entre un tercio y la mitad de la producción mundial de madera para pulpa y un porcentaje de producción de papel equivalente al total de la producción combinada de los cuatro principales países productores que le siguen en importancia (Fernández Carro & Wilson 1992, Wilson 1991, IIED 1995, PPI 7.1994, FAO 1995, van Hook 1994). Sin embargo, tal como se señala en el capítulo 3, mucha de la capacidad futura en materia de producción de madera para pulpa a partir de plantaciones estará instalada en el Sur, lo que será seguido por el aumento en su capacidad manufacturera y ya varios grandes conglomerados del Sur se están ubicando entre las principales empresas del mundo en el ramo.

Dado el tamaño de las grandes empresas papeleras (las cifras de venta de la firma International Paper superan al Producto Bruto Interno de más de 75 países), no resulta sorprendente que muchas de las principales empresas del sector resulten ser importantes actores políticos a la vez que económicos. Además, algunas empresas se benefician de la influencia política resultante de pertenecer a conglomerados aún mayores. Arjo Wiggins Appleton, por ejemplo, cuyas cifras de ventas superan el Producto Bruto Interno de Honduras, es una subsidiaria de la aún más grande empresa British-American Tobacco, al igual que la empresa Souza Cruz, propietaria de Aracruz (WRI 1994, PPI 9.1994). Carter Holt Harvey, una empresa propietaria de plantaciones de pino en Chile y Nueva Zelanda es controlada no sólo por International Paper, sino también en parte por Brierly Investments de Nueva Zelanda, con activos mundiales del orden de los US$ 4.750 millones, principalmente en el Reino Unido.

Tal como se muestra en la lista de empresas del cuadro 5.1, muchos de los prominentes productores de papel se abastecen de pulpa, astillas y troncos de bosques y plantaciones de las que son propietarios o arrendatarios. Otros adquieren pulpa producida por otras empresas de la misma lista o de otras empresas especializadas en pulpa para el mercado, como las estadounidenses Alabama River y Parsons & Whittemore, Bahia Sul Celulose de Brasil, ASSI Karlsborg e Iggesund Paperboard de Suecia, Usutu Pulp de Swazilandia, Sarriopapel y Celulosa de España, Wirya Karya Sakti de Indonesia y las canadienses Canfor, Cariboo, Crestbrook, Irving, y Malette (las primeras tres de las cuales están involucradas en emprendimientos conjuntos con intereses papeleros japoneses) (IIED 1995, PPI 3.1994). Mientras que Brasil encabeza la producción de pulpa en el Sur, Indonesia es actualmente el productor de pulpa de mercado de más rápido crecimiento y entre los años 1980 y 1991 el crecimiento anual en ese sector promedió el 29%

Existe también otro grupo de corporaciones que, sin estar directamente vinculadas a la producción de pulpa o de papel, están sin embargo involucradas en el comercio de madera o en el desarrollo de plantaciones para la venta de madera a los productores de pulpa. Shell International, por ejemplo, inició operaciones forestales en Brasil en 1980 y hacia 1991 estaba involucrada en proyectos de plantaciones en el Congo, Chile, Nueva Zelanda y Sudáfrica, a la vez que en operaciones de investigación en Australia, Tailandia, Francia, los Estados Unidos, el Reino Unido y Nueva Zelanda (Bissio 1991). En tanto que el interés a largo plazo de la Shell radica parcialmente en el desarrollo de sustitutivos del petróleo a partir de la biomasa (un interés compartido por FLORAM en Brasil), sus operaciones en el área de la madera están actualmente vinculadas a la industria del papel. De manera similar, Itochu ha estado involucrada en el comercio de astillas de madera en el sudeste asiático y en otras regiones. Empresas comerciales como CellMark de Suecia, que va a comercializar, conjuntamente con Marubeni, la pulpa producida por la nueva planta gigante Tanjung Enim Lestari en Indonesia, vende por el momento pulpa y papel producidos por otras empresas.

Empresas consultoras

Un puñado de empresas consultoras forestales y de ingeniería del Norte juegan indirectamente un papel crucial en la fabricación de pulpa y papel, siendo su negocio el de promover, investigar, planificar, diseñar y establecer plantas de pulpa y papel u operaciones de corta de bosques o de establecimiento de plantaciones.

Tales empresas incluyen a las canadienses H. A. Simons, Reid, Collins and Associates, Sandwell, y SNC Lavalin; las estadounidenses Brown and Root, Babcock and Wilcox, CH2MHill, y Rust Engineering; las nórdicas Silvestria, Swedforest y ENSO/Indufor; la anglo-suiza SGS Silviconsult; la neozelandesa FORENCO Consultants; la australiana FORTECH; la alemana DFS Deutsche Forestservice; y las francesas Cirad y Chleq Froti.

En la escena internacional se destaca, sin embargo, la consultora finlandesa Jaakko Pöyry, que se constituye en la mayor consultora forestal e ingenieril del mundo, con una participación estimada del 40% en el mercado mundial de consultoría en la industria forestal y una facturación de US$300 millones sólo en 1994. Pöyry, que recientemente absorbió a la mayor consultora forestal sueca (Interforest), tiene más de 60 oficinas en 25 países del mundo (11 sólo en Brasil) y miles de empleados, habiendo estado involucrada en cientos de grandes proyectos forestales y de pulpa y papel durante las dos últimas décadas, abarcando países de América del Norte, América Latina, Africa, Asia, Oceanía y Europa (FT 8.3.1995; Jaakko Pöyry 1994, s.f. a, b, c, d).

Las empresas tales como Pöyry se caracterizan por estar a la vanguardia en la expansión de las plantaciones industriales de árboles. Dondequiera que existan posibilidades de desarrollo industrial, es muy probable que estos consultores aparezcan tempranamente en la escena cabildeando a los gobiernos, evaluando los recursos existentes en materia de bosques y tierra, obteniendo contratos de colegas cercanos que trabajan en agencias de "asistencia", subcontratando lucrativos trabajos con aliados potenciales locales, realizando estudios de factibilidad o encuestas de mercado, estableciendo viveros forestales y diseñando o gestionando plantas fabriles. Dependientes de los contratos que obtienen, tanto de agencias gubernamentales e internacionales, como del sector privado, Pöyry y sus similares sirven como intermediarios fundamentales para vincular los intereses de las empresas y burocracias internacionales y nacionales y para hacer que la maquinaria y tecnología del Norte se apliquen en tierras y bosques del Sur.

Cuanto más exitosas sean estas consultoras en el establecimiento o expansión del sector forestal o del de la pulpa y el papel se asegurarán, por supuesto, más trabajos de consultoría en el futuro. En esta área resulta esencial tener contactos con personas influyentes, tanto dentro como fuera de los gobiernos y agencias internacionales. En 1994, por ejemplo, la empresa Pöyry, sin experiencia previa en la India, fue seleccionada por sobre otros 15 postulantes indios, para llevar a cabo proyectos forestales del Banco Mundial en Kerala y Uttar Pradesh. La sorpresa que se generó a partir de este éxito extraordinario disminuyó bastante, al revelarse que la persona a cargo de los programas forestales del Banco en la India era Christian Keil, un ex vicepresidente del Grupo Jaakko Pöyry. Por otra parte, circularon versiones de que A. K. Mukerji, Inspector General de Bosques de la India, quien recientemente había estado en Finlandia invitado por Jaakko Pöyry, estaba planeando abrir una filial de dicha empresa en la India cuando se jubilara del servicio civil (Nation 27.11.1994; Statesman 16.9.1994). Como se lo documentará en la segunda parte, tales coincidencias son frecuentes. Además, virtualmente no existen en los países de origen de tales firmas consultoras, sanciones oficiales o profesionales que les puedan ser aplicadas a raíz de sus prácticas cuestionables en el extranjero.

La cantidad de consultores del Norte en el Sur se ve incrementada cuando algunos de ellos se retiran de las empresas en las que trabajaron y establecen sus propias compañías en países del Sur en los que han trabajado y de esta manera logran para sÌ y para las consultoras del Norte con las que se mantienen vinculados, información de primera línea para futuros contratos. Por ejemplo, un contrato por valor de US$1,5 millones con el Banco Asiático de Desarrollo, para la implantación de cultivos de árboles de rápido crecimiento en tres provincias de Laos que limitan con Tailandia, está siendo compartido por Jaakko Pöyry, AB de Suecia y la empresa con sede en Vientiane, Burapha Development Consultants, parte de cuyo personal es sueco (DT 9.1994).

Otras empresas consultoras, especializadas en la previsión de tendencias de mercado, investigación técnica y capacitación, proveen un apoyo adicional al desarrollo de la industria de la pulpa y el papel. La empresa inglesa Pira International, por ejemplo, provee servicios de información e investigación a las industrias del papel, del empaquetado de papel y a la industria editorial, en tanto que empresas tales como las estadounidenses Wood Resources International y Jay Gruenfeld Associates y la británica Hawkins Wright Ltd. hacen el seguimiento de los mercados de la pulpa o de la madera. Organizaciones como el Financial Times de Londres también proveen investigación e información de valor para la industria, a la vez que organizan reuniones inter industriales.

Proveedores de tecnología

Las principales empresas del Norte proveedoras de tecnología para la fabricación de pulpa y papel trabajan conjuntamente y de manera mutuamente beneficiosa con los consultores forestales y de ingeniería. Dado que estas empresas dependen de la venta de maquinaria grande y cara, a ellas también les resulta beneficioso apoyar y promover la expansión de plantaciones a gran escala de monocultivos de árboles. Los beneficios a lograr son enormes, puesto que los costos en materia de maquinaria de cada nueva planta de pulpa ascienden a cientos de millones de dólares.

No llama la atención que los proveedores de tecnología, tiendan a estar localizados en los mismos países que las empresas consultoras de la industria forestal. Al igual que las consultoras más prominentes, los proveedores de tecnología más importantes tienen oficinas en el Sur, en localizaciones que van desde Singapur a São Paulo y a menudo se asocian en consorcios multinacionales para desarrollar o comercializar maquinaria.

Entre los principales proveedores mundiales de equipamiento para la fabricación y blanqueo de pulpa se encuentran Ahlstrom y Valmet-Tampella de Finlandia , las suecas Kvfrner Pulping y Sunds Defibrator, la estadounidense Beloit, la suiza Sulzer, y la británica Black Clawson. Otros importantes proveedores son los siguientes:

Equipamiento para la fabricación de papel: Valmet (Finlandia); Beloit (EEUU); Voith Sulzer Papiertechnik (Alemania/Suiza); Mitsubishi Heavy Industries (Japón) y Sunds Defibrator (Suecia).

Equipamiento para energía y vapor: ABB and Gvtaverken (Suecia); Ahlstrom, Tampella, Outokumpu y Valmet (Finlandia); Babcock & Wilcox (Canadá); General Electric (EEUU) y Voith (Alemania).

Equipamiento para terminación y conversión: Beloit (EEUU); Sulzer (Suiza) y Valmet (Finlandia).

Instrumentación, control de procesos y automatización: ABB (Suecia); Allen-Bradley, Modicon, Measurex, Rosemount y Texas Instruments (EEUU); Black Clawson (Reino Unido); Fischer & Porter y Honeywell (EEUU); Kytola y Valmet (Finlandia); Siemens y Voith (Alemania); Sulzer (Suiza); y Yokogawa (Japón).

Productos químicos para la fabricación de pulpa y papel: BASF, Dow y Texaco (EEUU); Ciba-Geigy y Sandoz (Suiza); Eka Nobel (Suecia); Kemira (Finlandia); Nalco (Austria); Grace Dearborn y SCM (Reino Unido); y Rhone Poulenc (Francia).

Equipamiento para la recuperación de productos químicos: Ahlstrom y Tampella (Finlandia); Babcock & Wilcox (EEUU); y Gotaverken (Suecia).

Equipamiento para el manipuleo de la madera: Kone y Sunds Defibrator Wood-handling (Finlandia); Iggesund y VME (Suecia); y Maschine-fabrik Andritz (Austria).

Equipamiento para control ambiental: Babcock & Wilcox (EEUU) y Voith (Alemania).

Asociaciones y alianzas industriales

Como sus contrapartes en otros sectores, los industriales de la pulpa y el papel son conscientes, desde hace tiempo, de la necesidad de juntar fuerzas para el logro de objetivos comunes. Además de atender el constante movimiento de personal y de los esfuerzos diarios de coordinación entre proveedores, compradores, consultores, fabricantes de maquinaria, etc., la industria lleva a cabo regularmente conferencias para analizar las perspectivas generales del mercado, los cambios en tecnología, los desafíos planteados por los ambientalistas y por la legislación ambiental y los mecanismos para capturar subsidios.

Tales reuniones, respaldadas por grupos industriales y organizadas por organizaciones tales como el Financial Times o por periódicos de la industria del papel, son a menudo precedidas por la declaración obligada de que van a "actuar dentro del marco de las leyes antitrust en vigencia en los Estados Unidos y la Unión Europea". Esto no impide que los participantes de las mismas insten por una mayor colaboración interindustrial para tratar los difíciles "asuntos que van más allá de las realidades inmediatas de nuestro competitivo mercado". Muchos dirigentes de esta industria insisten en que la unidad resulta de vital importancia para prevenir que el consumo pueda estabilizarse. Agregan que las diferentes empresas deberían compartir "nuestros importantes recursos de investigación y desarrollo, así como nuestra experiencia", para generar tecnologías nuevas y más eficientes, que puedan ajustarse a las normas ambientales; deben contribuir en mayor medida al establecimiento de estándares ambientales y certificación; y deben aprender a presentar un frente único de relaciones públicas en materia ambiental, a fin de generar las correctas "percepciones del público". Muchos ejecutivos insisten que también resulta crucial establecer un frente único con los clientes del sector editorial y la industria debe evitar que los ambientalistas empujen a las empresas hacia una competencia destructiva sobre temas tales como reciclado o producción de papel libre de cloro (Oberlander 1994; Paper Europe 1995).

De hecho ya existen numerosas alianzas entre industriales. Asociaciones tales como la Indonesian Pulp and Paper Association, Confederation of European Paper Industries (CEPI), la American Forest and Paper Association, el Council of Forest Industries of British Columbia, la Japan Paper Association, la Associação Brasileira de Exportadores de Celulose, la Thai Pulp and Paper Industries Association y la Paper Federation of Great Britain, han representado desde hace mucho tiempo los intereses de la industria ante los gobiernos y el público en general. Empresas tales como Beloit y Mitsubishi Heavy Industries han combinado esfuerzos entre si, para generar nueva tecnología de fabricación de papel. Algunos industriales del Norte también se han juntado para elaborar estrategias comunes para la colocación de maquinaria en el Sur, con el apoyo de la "ayuda" para el desarrollo (WW 6.1992).

La asociaciones de industriales juegan un papel muy importante en el escenario de la política internacional. Las asociaciones suecas de pulpa y papel, ansiosas por lograr una mayor influencia política en Bruselas, en momentos en que la industria se estaba rápidamente internacionalizando en toda Europa (alrededor del 40% de la capacidad de producción de papel de la industria sueca está localizada en el exterior), ejercieron influencia para persuadir al país a ingresar a la Unión Europea. Por su parte, la crecientemente agresiva Canadian Pulp and Paper Association, está intentando lograr alianzas más estrechas con usuarios tales como el New York Times, Wall Street Journal y Knight Ridder Newspapers y estableció una oficina en Bruselas con el objetivo de coordinar campañas para asegurar clientes europeos, a la luz de las protestas ambientalistas contra las prácticas forestales en América del Norte (PRW 1.1995). La industria finlandesa es propietaria en común de Paperinfo, una empresa "proveedora de información", que monitorea los mercados internacionales y a los grupos ambientalistas, en tanto que la Finnish Forest Industry Federation implementa campañas internacionales de relaciones públicas. Además, en 1990 se estableció en Londres una organización llamada Pulp and Paper Information Centre, con el objetivo de influenciar a la opinión pública. Las funciones de tales alianzas en materia de relaciones públicas serán analizadas más en detalle en el capítulo 6.

Agencias bilaterales

Muchas de las empresas del Norte analizadas en este capítulo, ya sea consultoras forestales o de ingeniería, o firmas de los ramos de la pulpa, papel, madera o maquinaria, deben en gran medida su supervivencia al dinero que reciben de los gobiernos para su trabajo en el Sur. Sin subvenciones, créditos baratos y otros subsidios, las plantas de pulpa por valor de US$1.000 millones y las plantaciones tropicales (cuyo establecimiento cuesta un promedio de US$1.000 por hectárea) (Pandey 1992), nunca podrían ser puestas en producción.

Como se verá más adelante, algunos de estos subsidios son transferidos a agencias multilaterales antes de ser canalizados hacia el sector privado. En otros casos, los fondos extraídos a los ciudadanos del Norte mediante los impuestos, son "lavados" a través de las agencias gubernamentales de "asistencia" bilateral, antes de ser dirigidos hacia los cofres de las empresas privadas. Para tomar un solo ejemplo, alrededor de la mitad del presupuesto de asistencia de Noruega se gastó en 1994 en la compra de bienes y servicios proporcionados por empresas noruegas (DT 20.10.1995).

Al igual que los estados a las que pertenecen, las agencias bilaterales están lejos de ser meras criaturas de las empresas de sus países. El personal de tales agencias no sólo debe responder a las presiones para subsidiar a las industrias nacionales, sino también a los imperativos de asegurar la supervivencia de su propia institución, lograr los objetivos de la política exterior del gobierno y cumplir con los objetivos declarados de la agencia, haciendo por lo menos algunos gestos simbólicos de "ayudar" a los pobres en el extranjero.

Las tensiones internas en las agencias de "asistencia", agregan otra dimensión a su relacionamiento con las grandes empresas. En Escandinavia, por ejemplo, la relación agencia de "asistencia"/consultora/empresa manufacturera, ha recibido a menudo la mediación de lo que en sueco se llama närkonsult o "casi consultores". Estos funcionarios de alto rango, que poseen amplia experiencia no sólo en la industria forestal, sino también en lo referente a burocracias gubernamentales y agencias multi y bilaterales, normalmente no trabajan en empresas ni implementan proyectos. Lo que hacen es más bien redactar los términos de referencia para proyectos de las agencias. La combinación de abstracción y estrechez que caracteriza a tales documentos, a menudo ha provocado resentimiento incluso entre los consultores de las empresas que han ganado la licitación para llevarlos a cabo. Como dijo recientemente un consultor: "incluso si queremos hacer algo bueno o progresista, estamos limitados por la forma en que el närkonsult ha redactado los términos de referencia . . . Nosotros creemos que ellos son arrogantes y ellos piensan que somos estúpidos" (Usher 1994).

Un conjunto de agencias bilaterales han jugado un importante papel en la promoción de las plantaciones de monocultivos de árboles:

• La agencia finlandesa FINNIDA ha financiado la planificación de plantaciones y de plantas de pulpa y papel; exportaciones de equipamiento para plantas de pulpa; estudios de factibilidad; ensayos de plantaciones; servicios y evaluaciones administrativos y técnicos; preparación de proyectos a ser financiados por los bancos multilaterales; y planificación de programas forestales, incluyendo programas de plantaciones para pulpa en las Filipinas, Tailandia, Sri Lanka, Tanzania, Nepal, Zambia, Kenia y otros países, todos llevados a cabo por empresas finlandesas y suecas (Jaakko Pvyry s.f. b, c, d).

• La agencia sueca SIDA ha financiado la planificación de plantaciones; recopilación de información e implementación; capacitación, extensión; planes forestales nacionales; y evaluación. También aquí, todo llevado a cabo por empresas suecas y finlandesas. Como ejemplo, se puede mencionar la planificación e implementación de plantaciones de árboles para abastecer una planta de pulpa y papel con una capacidad de 50.000 toneladas anuales en el norte de Vietnam y el inventario y planes de explotación de plantaciones para madera para pulpa en Mozambique y Tanzania (Interforest s.f. a, b, c).

• La agencia canadiense CIDA ha apoyado la realización de planes forestales nacionales en Zaire y Perú y consultorías de H.A. Simons para empresas privadas extranjeras.

• La agencia japonesa JICA ha financiado investigación, planificación y ensayos para el desarrollo de plantaciones, con el objetivo de "promover las plantaciones industriales" en Chile, Uruguay, Paraguay, Indonesia, Tailandia, Malasia y otros países, en tanto que su Overseas Economic Cooperation Fund subsidió a los consorcios japoneses vinculados al comercio de astillas de madera (JICA s.f.).

• La agencia británica Overseas Development Administration ha financiado un programa de "forestación social" en el estado de Karnataka en la India, que fue utilizado para la conversión de tierras comunales y explotaciones agrícolas en plantaciones industriales de eucaliptos, lo cual provocó extendidas protestas por parte de quienes resultaron empobrecidos (SPS 1989).

Otras agencias bilaterales que subsidian exportaciones que a su vez promueven a las industrias de la pulpa, el papel y las plantaciones incluyen a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (AID) y a la GtZ alemana.

Los subsidios de estas agencias se mantienen en un nivel elevado, en parte debido a la competencia entre las empresas y países del Norte para aumentar su influencia en determinados países y donde la agencia de cada país se afana por lograr que los servicios de las empresas de su país resulten más baratos para las elites del Sur. A menudo también se hacen ofertas de acuerdos de "ayuda" a los gobiernos del Sur, que involucran trabajos subsidiados por parte de empresas del Norte que resultan lucrativos para las elites del Sur, como forma de soborno a cambio de la compra de armamento u otros bienes a los países del Norte (Observer 7.5.1989, 6.2.1994, 13.2.1994; Times 6.3.1994).

Los propulsores del "libre mercado" y del "buen gobierno" a nivel de los sectores privados y públicos de Europa y Norteamérica, han sido hasta ahora notablemente capaces de evitar lanzar acusaciones de "socialismo" o "corrupción" al respecto de tales prácticas. Como fue señalado tiempo atrás por Walter Lippmann, si bien el "libre mercado" es considerado un tónico útil para los pobres, los ricos continúan reservándose el socialismo para sÌ mismos. Entretanto, las prácticas de los gobiernos del Norte de pago de sobornos y de realización de acuerdos de trastienda son publicitadas como respetables funciones capitalistas, que según dicen, generan empleos en sus países y a la vez incrementan sus exportaciones e ingreso de divisas. En tales casos no resulta aplicable, por definición, la palabra "corrupción". En su lugar se utilizan expresiones tales como "razones de estado" o, en el peor de los casos "desprolijidad" o "conflictos de interés".

Agencias gubernamentales de créditos para la inversión y la exportación

Los gobiernos del Norte apoyan a empresas de inversión que también ayudan a subsidiar, con fondos públicos, la expansión internacional de las plantaciones comerciales de árboles para pulpa.

Una de tales agencias es la británica Commonwealth Development Corporation (Corporación de Desarrollo de la Mancomunidad Británica), anteriormente denominada Corporación de Desarrollo de las Colonias. Esta agencia (CDC) invierte dinero de los contribuyentes, destinado a la "ayuda internacional", en empresas de plantaciones o de pulpa y papel en Africa, Asia y el Pacífico, en especial en áreas en las que los inversores privados puedan no estar muy dispuestos a invertir. De las más de 150 millones de libras que invierte anualmente, la CDC obtiene alrededor del 45% directamente del programa de "ayuda" británico, en tanto que el restante 55% proviene fundamentalmente de las ganancias obtenidas de sus inversiones a largo plazo, también tomadas del presupuesto de "ayuda" (CDC 1992).

Entre la empresas en las que invirtió la CDC en 1991 se cuenta el grupo Soon Hua Seng de Tailandia, cuyo principal ejecutivo, Kitti Damnoencharnwanit, había sido arrestado el año anterior a raíz de la corta ilegal de árboles en la Reserva Forestal Nacional en preparación para la plantación de eucaliptos (ver capítulo 12). Pese a la reputación de Soon Hua Seng en materia de fraudes, tácticas violentas e irresponsabilidad ambiental, la CDC aprobó un préstamo de 15 millones de libras a dicha empresa, específicamente destinado a la plantación de eucaliptos y a la instalación de un aserradero en una cuenca ambientalmente frágil del interior de Tailandia oriental, región en la que abundaban los casos de especulación de tierras e intimidación y expulsión de los pequeños tenedores de tierras. La CDC aportó financiamiento para una nueva planta de papel que Soon Hua Seng planea instalar en el este de Tailandia. Además, ha invertido en empresas de plantaciones o de pulpa y papel en Côte d'Ivoire, las islas Salomón, Fiji y Swazilandia. En este último país, la CDC es simultáneamente el único propietario de la Shiselweni Forestry Company (que controla 14.000 hectáreas de plantaciones de eucaliptos y pinos) y copropietario, junto a la empresa sudafricana Sappi y al gobierno de Swazilandia, de la Usutu Pulp Company, que produce pulpa exclusivamente para la exportación. Pese a que la CDC está auspiciada por la agencia oficial de asistencia británica ODA, que en principio debe rendir cuentas al parlamento, en los hechos está exenta del escrutinio público. Sus funcionarios rechazan con desdén toda solicitud externa de información detallada sobre sus actividades, ya sea que tales solicitudes provengan de los contribuyentes británicos cuyo dinero utilizan, o de los ciudadanos de los países afectados por sus inversiones (CDC 1992, Adlard 1993, Chalker 1992, Magee 1994).

Otras iniciativas y agencias financiadas por los gobiernos del Norte también ayudan a financiar la venta de bienes y servicios a empresas de pulpa, papel o de plantaciones en el Sur y en otras partes. Por ejemplo, el sistema de créditos concesionales de Finlandia (Premixed Concessional Credit Scheme), ayudó a respaldar un incremento en la exportación de maquinaria finlandesa a Indonesia y Tailandia, que pasó de US$21 millones en 1990 a US$211 millones en 1993, en momentos en que las ventas a nivel interno eran escasas; la mayor parte de este dinero tuvo como destino el equipamiento forestal y de pulpa y papel. Por su parte, el gobierno canadiense y el Import-Export Bank de los Estados Unidos, han ofrecido millones de dólares en créditos blandos a empresas de pulpa y papel tales como el grupo Panjapol de Tailandia. La Junta para Inversiones y Apoyo Técnico (BITS) de Suecia, CIDA de Canadá y el Export-Import Bank de Japón, también subsidian activamente las exportaciones de sus países hacia las empresas de pulpa y papel del Sur. De manera similar, la estadounidense Overseas Private Investment Corporation (OPIC), ha financiado operaciones norteamericanas de explotación de bosques en el extremo oriente de Siberia. Junto con el Import-Export Bank de los Estados Unidos, la OPIC también está ayudando a lubricar un acuerdo intergubernamental, que resultará en la venta de miles de millones de dólares en concepto de maquinaria forestal y para la producción de pulpa y papel a Siberia, a cambio de madera rusa (Finland National Board of Customs 1990-93, Olsson 1995).

Agencias multilaterales

Subsidios adicionales fluyen directa o indirectamente hacia la industria de la pulpa, el papel y las plantaciones (incluyendo a empresas consultoras, de construcción y de maquinaria del Norte), desde bancos multilaterales de desarrollo (BMD) tales como el Banco Interameriano de Desarrollo (BID), el Banco Asiático de Desarrollo (ADB), el Banco Africano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. De los US$40.000 millones que estos bancos prestan anualmente en condiciones ventajosas, una importante pequeña parte se orienta hacia la planificación y el análisis de operaciones de producción de pulpa o plantaciones de árboles y a facilitar la inversión en las industrias forestales.

Sólo entre 1984 y 1994, por ejemplo, el Banco Mundial proporcionó créditos baratos para la implantación de 2,9 millones de hectáreas de plantaciones de árboles, fundamentalmente comerciales, a un costo de US$1.414 millones. Los países afectados incluyen a China, India, Bangladesh, Argelia, Túnez, Zimbabwe, Kenia, Perú y Polonia (World Bank 1994). Los bancos multilaterales de desarrollo han apoyado la realización de análisis sobre cÛmo desarrollar la industria de la pulpa y el papel en Indonesia (1984 y 1987-88, incluyendo al Banco Mundial y al Banco Asiático de Desarrollo), estudios de oportunidades de inversión en América Latina, Vietnam y Nepal (1981-82, 1990-91 y 1986 hasta la actualidad, incluyendo al BID y al ADB), y planes de desarrollo forestal para Camerún, República Centroafricana, Congo, Etiopía, Ghana, Nigeria, Sudán, Bangladesh, Bután, Laos, Nepal, Paquistán, Papua Nueva Guinea, Filipinas y Sri Lanka (Jaakko Pöyry s.f. b, c, d).

A pesar de que los préstamos del Banco Mundial destinados a plantaciones para pulpa, están a menudo disimulados dentro de préstamos mayores para el área forestal o para la agroindustria, o disfrazados bajo el eufemismo de 'desarrollo de los recursos", también es común la canalización desembozada de recursos hacia esta industria. Por ejemplo, en el estado de Minas Gerais en Brasil, un proyecto financiado por el Banco, está induciendo a los agricultores a dedicarse al cultivo de eucaliptos como materia prima para la industria de la pulpa y el papel y madera para combustible destinada a la industria del acero, con lo cual se degrada y utiliza los suelos para fines distintos a la producción de alimentos (WRR 2.1994). En Kenia, el Banco prestó US$19,9 millones para un proyecto de desarrollo forestal que promueve el cultivo de árboles, al mismo tiempo que la Corporación Financiera Internacional (CFI), que constituye la ventanilla del Banco para el sector privado, había invertido US$86 millones en los sectores de la pulpa, el papel y el empaquetado en Kenia (incluyendo una planta de empaquetado TetraPak).

A través de su presencia tranquilizadora y de sus operaciones en nuevas áreas, los bancos multilaterales de desarrollo también han alentado a los bancos comerciales comunes a involucrarse en operaciones de plantaciones o de pulpa y papel en el Sur como prestamistas, garantes de préstamos de agencias financiadoras de exportaciones o asesores para acceder a créditos. Además, a través del financiamiento de un desarrollo industrial orientado hacia la exportación, estimulan la creación de mercados locales de papeles para empaquetado y papeles comerciales.

Una parte del dinero utilizado por los BMD para subsidiar a la industria de la pulpa y el papel se origina en los aportes pasados y presentes de los contribuyentes del Norte. El resto es "donado" por el propio Sur, a través del pago de las deudas generadas en la implementación de anteriores proyectos impulsados por los BMD, muchos de los cuales son ahora catalogados como desastrosos por los propios BMD (Wapenhans 1993, Rich 1994). El destino final del dinero que circula por los BMD es variable: una parte queda en las manos de las elites del Sur, pero enormes cantidades pasan casi inmediatamente a las cuentas bancarias de los consultores, contratistas y proveedores del Norte.

Los mecanismos que posibilitan que ello ocurra no son secretos. El Banco Mundial, por ejemplo, tiene una política de financiar componentes de sus proyectos que deben ser adquiridos con divisas extranjeras, que en promedio asciende a alrededor de un 40%. Dentro de los US$23.000 millones anuales de compromisos de préstamos, los prestatarios del Banco Mundial realizan unos 30.000 contratos con empresas privadas, de los cuales el 70% se destina a la compra de bienes y maquinaria, 20% a obras civiles y 10% a consultorías. Esta estructura fomenta el establecimiento de estrechos lazos entre el Banco y los representantes de las empresas privadas que buscan salidas para sus productos o sus conocimientos.

Las empresas del Norte disfrutan en particular de una serie de recursos para el establecimiento de tales lazos. Por ejemplo, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ha dado instrucciones a sus representantes en la Junta de Directores Ejecutivos de los BMD, en el sentido de que "una de sus principales prioridades en la BMD sea la de favorecer el desarrollo de las empresas y exportaciones norteamericanas" y de tratar de convencer a los BMD sobre la conveniencia de realizar compras sólo con empresas estadounidenses. El Departamento de Comercio e Industria del Reino Unido (DTI), dispone de no menos de seis funcionarios dedicados a asesorar al sector privado británico sobre los mecanismos para "hacer negocios" en proyectos financiados por los BMD, entre los que se cuentan el fortalecimiento de relaciones con los funcionarios adecuados, la realización de visitas a la sede central del banco, etc. Además, en Washington, Londres y otras capitales, ha surgido una completa industria satélite de consultores, muchos de ellos ex-funcionarios del Banco Mundial o cónyuges de actuales funcionarios, con el objetivo de monitorear las adquisiciones de los BMD y ofrecer información confidencial y servicios a las empresas privadas. Por añadidura, los BMD y los gobiernos del Norte realizan reuniones regulares en ciudades del Norte, con el objetivo de que los Bancos y los potenciales contratistas se conozcan entre sí (World Bank s.f, Treasury News 18.11.1993, DTI 1994).

El resultado es predecible. De acuerdo con el Departamento de Comercio e Industria del Reino Unido, durante el año fiscal finalizado en junio de 1994, las empresas de los Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y Japón obtuvieron más del 46% del monto total de los contratos adjudicados por el Banco Mundial (DTI 1994), lo que equivale a más de US$10.000 millones. Por su parte, alrededor del 64% de los desembolsos realizados por el BID fueron a parar a empresas de cinco naciones ricas del Norte: Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia e Italia. Como lo expresa con gran satisfacción la Administración de Desarrollo Exterior del Reino Unido (ODA), "las empresas y proveedores británicos reciben pedidos por bienes y servicios, que son utilizados en proyectos de asistencia, por montos que superan ampliamente las contribuciones británicas a las agencias" multilaterales (ODA 1992).

Gran parte del dinero captado por los BMD sigue por lo tanto un camino casi circular, desde los contribuyentes del Norte, a los gobiernos del Norte, a los BMD, a los gobiernos del Sur, a las empresas del Norte, con copiosas pérdidas por grietas a lo largo del camino. Las reposiciones son a su vez continuamente bombeadas, tanto desde el Sur como desde el Norte, directamente hacia las arcas de la BMD, para ser periódicamente inyectadas al inicio del ciclo; el componente del Sur de estas reposiciones constituye una parte importante de los US$50.000 millones de transferencia neta anual de capital desde el Sur hacia el Norte (Rich 1994).

El daño infligido durante este procesos sobre la zona de captación de dinero en el Sur es por supuesto considerable. Como precio por el privilegio de poder insertar un pequeño grifo dentro del circular flujo financiero a los que sus países contribuyen tanto, las elites del Sur se ven obligadas a comprometerse a implementar proyectos y programas de austeridad increíblemente destructivos en lo social, económico y ambiental. Además, durante casi cincuenta años, las elites del Sur han sido empujadas por los BMD hacia el establecimiento o el crecimiento de instituciones estatales para alimentar el crecimiento de elites comerciales locales, incluyendo a contratistas locales, que a su vez rápidamente aprenden a comer del platillo de los BMD. Uno de los resultados ha sido la creación de una infraestructura permanente para la redistribución regresiva de la riqueza, tanto dentro de los países del Sur como entre el Sur y el Norte. La relación entre la riqueza del Norte y la del Sur se ha incrementado de 10:1 en 1948 a 30:1 en 1960 y 60:1 en 1990 (Rich 1994, Payer 1991, Adams 1991, Oxfam 1994).

Otras agencias multilaterales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unida para el Desarrollo (PNUD), cooperan estrechamente con los BMD y los consultores del sector privado, en la utilización de fondos públicos para alimentar a la elite de plantaciones, pulpa y papel. Tales organismos son particularmente útiles para el estudio de oportunidades de negocios en el sector forestal de los países del Sur y para la planificación de programas de desarrollo rural y forestal para abastecer a la industria. La FAO también ha cumplido el invalorable servicio de desprestigiar, mediante el uso de una supuesta "ciencia", la solidez ambiental de determinados modelos indígenas de uso del suelo, incluyendo varios tipos de agricultura migratoria en el bosque, que eran visualizados como competidores de los intereses del sector forestal industrial. Como señala el antropólogo Anders Baltzer Jorgensen (1979), "la FAO se adueñó de una rama especial dentro de la silvicultura: la que antes estaba en manos de los departamentos forestales de los anteriores gobiernos coloniales", como parte de un proyecto post colonial de salvar "la productividad de los trópicos para el mundo en su conjunto, pero específicamente para el mundo occidental" (Spencer 1966).

Otra agencia intergubernamental, el Instituto de Análisis de Sistemas Aplicados (Institute of Applied Systems Analysis), con sede en Austria, provee por su parte, bases de datos computarizadas, destinadas a la industria, sobre el abastecimiento maderero en Siberia, Europa y el resto del mundo. Otra institución a la que también se debe prestar atención, es el Centro para la Investigación Forestal Internacional (Center for International Forestry Research, CIFOR), auspiciado por el Banco Mundial, que constituye una nueva rama del Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (Consultative Group on International Agricultural Research, CGIAR), ubicado en Bogor, Java Occidental y que dispone de 100.000 hectáreas de bosque para investigación en Kalimantan Oriental. De acuerdo con la experiencia anterior, es posible inferir que el CIFOR estará sometido a intensas presiones para dedicar gran parte de su tiempo en hacer coincidir las características de los árboles con las necesidades de la industria a través de la investigación genética, de la misma forma que en Filipinas el Instituto Internacional de Investigación del Arroz (International Rice Research Institute), que también forma parte de la red del CGIAR, ayudó a ajustar el arroz al empleo de agroquímicos de la Revolución Verde (Jaakko Pöyry s.f. b, c, d; Interforest s.f. a, b, c; Moniaga 1993; IIASA 1994).

Como se plantea en los estudios de caso de la segunda parte, una de las funciones más importantes de los subsidios de las agencias multilaterales hacia los consultores del Norte para la realización de estudios iniciales, es que a menudo resultan en posteriores contratos para las firmas involucradas. Por ejemplo, luego de haber obtenido en 1984 un contrato del Banco Mundial para hacer recomendaciones a la industria de la pulpa y el papel en Indonesia, las consultorías de Jaakko Pöyry para el sector privado de Indonesia se multiplicaron. Acontecimientos tales como la Cumbre de la Tierra en Rio de Janeiro en 1992, también proporcionan excelentes oportunidades para que empresas similares a Jaakko Pöyry se movilicen para lograr que se desvíen hacia ellas fondos públicos bajo el disfraz de "asistencia ambiental".

Al resumir el papel de las agencias multilaterales en la promoción de la pulpa y las plantaciones, resulta difícil decirlo mejor de lo que lo hizo Jack Westoby, ex responsable del área forestal de la FAO. En 1995, Westoby describió cÛmo la "ayuda" internacional había servido para "identificar para el capital extranjero aquellos recursos forestales aptos para explotación" y en muchos casos había "asumido una parte sustancial del costo de hacer el inventario de dichos recursos":

"En no pocos casos compiló la información y ayudó a brindar la justificación para que las agencias financiadoras internacionales otorgaran préstamos para crear parte de la infraestructura necesaria para asistir a la penetración del capital extranjero. Ha ayudado a capacitar a parte de la mano de obra a ser puesta al servicio de las empresas extranjeras [y] asistió a algunos gobiernos irresponsables para que alienaran partes sustanciales de su patrimonio de recursos forestales . . . el creciente interés y aceptación de proyectos forestales [por parte de las agencias de desarrollo] tuvo poca o ninguna relación con la aceptación por parte de ellas de la idea de los expertos forestales de que la actividad forestal y sus industrias anexas aportan una significativa y multifacética contribución al desarrollo económico y social en general. En realidad, se originó en el hecho de que muchos de los países ricos e industrializados necesitaban urgentemente nuevas fuentes de abastecimiento de madera y sus industrias forestales, sus fabricantes de equipamiento, junto a una variada gama de agentes y operadores, vislumbraron grandes oportunidades para lograr beneficios económicos en países subdesarrollados poseedores de recursos forestales. Esta fue la razón principal que determinó la localización, la forma y la orientación de los proyectos de desarrollo forestal e industrial forestal. . . Las agencias financieras internacionales sabían lo que los inversores extranjeros querían y las agencias multilaterales y bilaterales se alinearon en la misma dirección" (Westoby 1987).

Gobiernos nacionales

Algunos de los principales subsidios destinados a las plantaciones y a la industria de la pulpa y el papel son provistos por los gobiernos nacionales o provinciales, a menudo siguiendo directivas de agencias internacionales.

Organismos estatales, establecidos originariamente bajo el auspicio del Banco Mundial, como por ejemplo la Junta de Inversiones de Tailandia, han proporcionado a la industria exoneraciones impositivas y de importación de tecnología y préstamos sin intereses, así como la infraestructura necesaria. Incentivos fiscales, incluyendo subsidios para el establecimiento de plantaciones, exoneraciones impositivas y subvenciones, fueron también otorgados por los gobiernos a las empresas dedicadas a las plantaciones comerciales en Brasil (1966-1987), Argentina (desde 1974), Chile (desde 1960 y revisada en 1974), Paraguay (1980-84) y Uruguay (desde 1968 y revisada en 1987) (Pandey 1992, Sawyer 1993).

Por su parte, los departamentos forestales estatales en Asia, redistribuyen vastas extensiones de tierras sobre las que tienen jurisdicción, quitándoselas a sus ocupantes y otorgándolas a la industria, a menudo cobrando por las mismas arrendamientos o derechos de corta extremadamente bajos. En Indonesia, por ejemplo, donde el 70% del área terrestre es administrada por la burocracia forestal estatal, sólo se cobra a la industria US$0.30 por hectárea y por año por el uso de la tierra para plantación. Tanto en Indonesia como en Tailandia, se desvían selectivamente fondos destinados a la reforestación hacia las empresas forestales y en el primero, las plantaciones son subsidiadas aún más mediante ingresos obtenidos a través de la corta de árboles, que son reciclados a través del Estado (ver capítulo 13). Cuanto menores resulten los ingresos obtenidos por los departamentos forestales por el cobro de arrendamientos, derechos de corta y precios de la madera, obviamente se requerirá desviar más recursos de otros sectores hacia la administración forestal. Entre los perdedores se encuentran aquellos programas que podrían promover plantaciones con objetivos distintos a la producción de madera para pulpa y basados en usos comunitarios de la tierra

El costo de la tierra y el trabajo son también mantenidos bajos a través de subsidios proporcionados a las fuerzas militares y policiales. El jornal mínimo legal en Yogyakarta, Indonesia, por ejemplo, es de US$0,60 y en Nusa Tenggara Occidental de US$0,72; allí los funcionarios de la Junta Coordinadora de Inversiones rechazaron los planes de un inversor japonés, que proponía pagar US$2,40 diarios a los trabajadores, con el argumento de que perjudicaría la ventaja de Indonesia de disponer de costos laborales bajos (DTE [Londres] 6/1993). En los casos en que el estado debe apropiarse por la fuerza de tierras utilizadas tradicionalmente por los campesinos para entregarlas a la industria y donde los pequeños campesinos y trabajadores migrantes son utilizados esencialmente como trabajo esclavo, la represión (gran parte de la cual respaldada por programas extranjeros de entrenamiento y por material bélico extranjero), constituye un ingrediente particularmente importante de la ecuación económica. Los impuestos a la exportación aplicados a los principales productos alimenticios también sirven para subsidiar el trabajo barato para los inversores extranjeros. Las facultades pertenecientes a la universidad pública (muchos de cuyos profesores han recibido educación forestal en países tales como Finlandia, Canadá y el Reino Unido), proveen a su vez apoyo técnico y presión en favor de los emprendimientos comerciales.

Además, la competencia con los mecanismos de subsidio de las naciones productoras de madera del Norte es muy dura, lo que obliga a los países del Sur a destinar aún más recursos para atraer a los inversores. En 1988, por ejemplo, la provincia canadiense de Alberta asistió a la empresa japonesa Daishowa a través de infraestructura por valor de C$70 millones, para inducirla a construir una planta de pulpa kraft blanqueada de C$579 millones en medio de un bosque. En Alberta, la empresa Al-Pac, controlada por capitales japoneses, ha recibido, además de C$75 millones en infraestructura y financiamiento para la construcción, bonos por valor de $275 millones (que no deben ser pagados hasta el momento en que la planta sea rentable) y bonos "stand-by" para una futura expansión. Adicionalmente, el subsidio en materia de abastecimiento de madera es de $78,7 millones anuales. Por consiguiente, además de un desembolso inicial de $125 millones, cada ciudadano de Alberta está haciendo una donación anual de $28 por el privilegio de permitir que Al-Pac utilice los recursos de la provincia (TN 5.1994, WCWC 1994, Pratt & Urquhart 1994). Otros $47 millones adicionales han sido destinados por el gobierno canadiense a actividades de relaciones públicas de apoyo a las industrias forestales extranjeras que extraen madera canadiense para pulpa (MacIsaac &Champagne 1994). De acuerdo con el economista forestal Randall O'Toole, el gobierno estadounidense exoneró de impuestos por valor de $7.200 millones a la industria maderera norteamericana entre 1980 y 1989 y la alimentó con $449 millones por concepto de madera por debajo de su costo real en 1992 (Letto 1994). Los Comités de Acción Política de la industria forestal y del papel ayudan, por supuesto, a financiar las campañas electorales de los legisladores estadounidenses. Muchas de las empresas forestales estatales recientemente privatizadas parcial o totalmente, se beneficiaron durante décadas de privilegios establecidos por el gobierno.

Tales programas de apoyo a las grandes empresas están tan extendidos, que hasta el gobierno de un estado relativamente pobre como Virginia Occidental, puede ser inducido a ofrecer $200 millones en préstamos para construcción, $60 millones para el mejoramiento carretero y millones en incentivos fiscales, para ayudar al mayor constructor mundial de plantas de pulpa y papel, la empresa radicada en Gran Bretaña Parsons & Whittemore, a convertir varios cientos de miles de hectáreas de bosques de latifoliadas de los Apalaches en pulpa. Aún más subsidios fueron asegurados por el gobernador de Virginia Occidental, Gaston Caperton, quien, luego de haber recibido contribuciones de Parsons & Whittemore para su campaña política, presionó a los funcionarios del gobierno norteamericano para que autorizaran a la empresa a contaminar el río Ohio sin la previa realización de estudios de base sobre niveles de dioxinas (NFN 1995). El presidente de Parsons & Whittemore, George F. Landegger, ha resumido el pensamiento detrás de tales subsidios, durante anteriores emprendimientos en Canadá:

"La mano invisible de Adam Smith no construirá plantas de pulpa, particularmente en los tipos de áreas boscosas que aún restan disponibles para explotación en Canadá. Esto requiere de mucha coordinación entre el interés privado y el interés público y que el interés público esté dispuesto a asumir el riesgo para el desarrollo. Este riesgo tiene básicamente dimensiones políticas para el sector público, pero tiene dimensiones financieras para el sector privado" (Pratt & Urquhart 1994).

El economista Pasuk Pongpaichit ofrece una visión menos complicada del tema:

"La teoría económica nos dice que está bien subsidiar a la educación porque beneficia a la sociedad en su conjunto. Pero mientras los eucaliptos y la industria de la pulpa y el papel generan ganancias para algunos, causan problemas para la sociedad. Por lo tanto, la teoría económica nos dice que debería aplicárseles impuestos. Sin embargo, el gobierno hace lo opuesto. Este es un tema de influencia y poder (Pasuk 1995).

Instituciones de investigación y ONGs

Un último tipo de subsidio proviene de instituciones gubernamentales y no gubernamentales de investigación, que proveen gratuitamente o a muy bajo costo, apoyo ideológico o científico para el auge de las plantaciones. Un ejemplo es la Organización para la Investigación Científica e Industrial de la Mancomunidad (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization, CSIRO), apoyada por el estado australiano, que reúne a académicos y a representantes de la industria para llevar a cabo investigación y desarrollo sobre técnicas de plantación de latifoliadas. Otro ejemplo es el Instituto Sueco de Investigación sobre Pulpa y Papel (Swedish Pulp and Paper Research Institute), que recibe apoyo tanto del estado como de la industria. Muchas universidades estatales en los Estados Unidos y Europa (incluyendo a la Universidad de Idaho, la Universidad del Estado de Oregon y la Universidad de New Brunswick), aceptan por su parte apoyo para investigación por parte de la industria de la pulpa y el papel (Cromer & Kile 1993). Por supuesto, también especialistas forestales y científicos sin ataduras directas con la industria también hacen una importante contribución a través del componente favorable a la industria de las "dos bibliotecas" descritas en el capítulo 4.

Del lado no gubernamental, el británico Instituto Internacional para el Ambiente y el Desarrollo (International Institute for Environment and Development, IIED), asistió a la Shell a planificar y legitimar un proyecto de plantación en Tailandia oriental, que luego fue cancelado debido a la resistencia local. También llevó a cabo una evaluación a mediano plazo, con resultados favorables, del Plan Maestro del Sector Forestal de Tailandia, elaborado por Jaakko Pöyry, en el que se promueven las plantaciones. En la década de 1980, la contraparte estadounidense del IIED, el influyente World Resources Institute (Instituto sobre Recursos Mundiales), publicitó las plantaciones de Aracruz en Brasil como un modelo para el desarrollo forestal. Más recientemente, el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wide Fund for Nature, WWF), colaborará con la Shell en un estudio de 11 volúmenes en el que se analizan las plantaciones de árboles y se elaboran directrices para su implementación. En un nivel aún más enrarecido, investigadores independientes tales como Norman Myers, han brindado credibilidad al auge de las plantaciones, a través de la elaboración de proyectos grandiosos y altamente teóricos para la fijación de carbono a través de la plantación de árboles a "gran escala". Por su parte, instituciones tales como Recursos para el Futuro (Resources for the Future), radicada en Washington, proveen información estratégica de interés para la industria sobre la disponibilidad a largo plazo de madera industrial. No menos importantes son las ONGs, especialistas forestales y economistas quienes, aunque conocedores y preocupados por los problemas del auge de las plantaciones para pulpa, adoptan la estrategia de dejar el tema en manos de la industria. El rol de apoyo a la industria de tales expertos y ONGs será analizado más en detalle en el capítulo siguiente (Sargent 1990, Sargent et al. 1992, Shell/WWF 1993, Myers 1991).

Conclusión

En este capítulo se han analizado algunos de los principales protagonistas que actúan en el escenario de la pulpa y el papel. También se han mostrado algunos de los mecanismos a través de los que se unen, captan subsidios y (con un trasfondo de oposición y resistencia constantes que serán descritos en la segunda parte de este libro), actúan de forma tal, que el resultado es la expansión de las plantaciones para pulpa en el Sur.

Estos mecanismos tanto presuponen como facilitan una habilidad para movilizar recursos dentro de un sistema regional (y global) organizado. Con el objetivo de penetrar sociedades rurales en (por ejemplo), Kalimantan o Bahia, los intereses de la pulpa y el papel deben ser capaces de utilizar ingresos que las burocracias estatales han obtenido de los trabajadores de oficina o de propietarios de tierra en Helsinki o Quebec, o esgrimir argumentos de consultores de pacotilla que el Banco Mundial, utilizando pagos de deuda externa de Filipinas o México, contrató en Nueva Delhi o Virginia para que los ensayaran y pulieran. Sin embargo, la aplicación efectiva de tales recursos a través de extensos paisajes geográficos y sociales presupone que, en cierta medida, tal penetración ya ha sido efectuada y que ya existe una extensa infraestructura política favorable a los intereses de la pulpa y el papel. Además, es sólo cuando tal penetración ya ha sido iniciada y las barreras locales ya han sido traspasadas, que la industria de la pulpa y el papel puede lograr acceder a nuevos flujos de subsidios, que son los que aseguran su continua expansión y la del sistema globalizado del que depende.

En este caso, como en los demás, la globalización y los subsidios avanzan de la mano; una no puede tener éxito sin los otros. El comercio no sólo ha continuado a seguir la bandera, sino que ha ayudado a que ésta se mantenga en alto. El "comercio", sin embargo, abarca hoy una más amplia gama de actividades que antes y "la bandera" puede tener el logotipo de un banco de desarrollo, de una institución de caridad extranjera, de un ministerio de agricultura, de la fuerza policial local, de una junta para la promoción de inversiones o cualquier otro de una plétora de instituciones oficiales contemporáneas que sirven los intereses de las elites, sin que nunca se deba siquiera plantear la posibilidad de un control democrático.

En la segunda parte se analizará más en detalle cÛmo la transferencia de recursos entre los sectores públicos y privados en expansión en el sudeste asiático, el Japón y Occidente subsidian a la industria de la pulpa y el papel. En particular, se verá como en Asia se desmantelan los sistemas comunitarios y sus fragmentos son reorganizados en una estructura capitalista; como en América Latina, la emergencia de alternativas localmente apropiadas a las plantaciones industriales son desbaratadas; y como, casi en todos lados, se está expropiando la tierra y el agua. El próximo capítulo servirá de prefacio a dichos estudios, examinando cÛmo un sistema crecientemente global se está encargando de otro desafío: cÛmo encargarse de la resistencia a su expansión. En particular, examinará cÛmo la globalización facilita y es facilitada por los intentos de bloquear las alianzas potenciales entre los grupos de base, que luchan contra los monocultivos para pulpa en el Sur, con los activistas ambientales y sociales en otras zonas.

CUADRO 5.1.
Los 65 principales productores mundiales de papel

Empresa (país de origen) (incluye fusiones y compra de otras empresas en el período 1995-96) -- producción de papel 1994 (tm/año) -- ventas 1994 (US$m) -- Comentarios

1. International Paper (EEUU) -- 8.5 (est.) -- 16,530 (est.) -- Posee o controla más de 28.600 km2 de bosques para pulpa y papel. Administra tierras, a través de subsidiarias o como accionista en Nueva Zelanda, Sudáfrica, Chile y el sudeste de los EEUU. Exporta troncos y astillas de madera de latifoliadas a Japón, China, etc. Opera en 26 países y vende en más de 130. Gran productor de pulpa de mercado, cartón y papeles de impresión, escritura y kraft. Siendo una de las 10 principales contaminadoras en los EEUU, la empresa ha sido apodada "International Pollution" (Contaminación Internacional) y es ampliamente conocida por sus violaciones en materia de seguridad y salud laboral y por su posición agresivamente antisindical. Muy importante compradora de pulpa. Recientemente pasó a controlar a Carter Holt Harvey, que es propietaria de 3.200 km2 de plantaciones de pinos de Nueva Zelanda y extensiones casi iguales en Chile y también absorbió a Federal Paper Board, un importante productor de pulpa de mercado.

2. UPM-Kymmene (Finlandia) -- 6.6 (est.) -- 10,638 (est.) -- Propietaria de casi 10.000 km2; importa fibra de madera de Uruguay, donde además está asociada a Shell International en plantaciones de eucaliptos y tiene planes de plantación en Turquía. Productora de papeles para revistas y papeles finos, así como papel de prensa.

3. Stone Container (EEUU) -- 6.5 -- 5,749 -- Fabrica cartón en 17 países; ha intentado cortar y plantar madera para pulpa en América Central. Debido a su excepcional hostilidad contra las iniciativas ambientales, se ha convertido en uno de los principales objetivos de las protestas.

4. Georgia-Pacific (EEUU) -- 6.1 -- 12,738 -- Primer productor mundial de papeles para comunicación. Segundo productor mundial de pulpa de mercado; gran exportador. Posee o controla 26.600 km2 de tierras forestales. Donante fundador del Centro para la Defensa de la Libre Empresa (Center for Defense of Free Enterprise), considerado el principal generador de ideas para el movimiento antiambientalista Wise Use Movement (Movimiento para el Uso Inteligente). Involucrado en un "joint venture" para la producción de papel en Indonesia y con intereses en Brasil. Creciente objetivo de protestas en los EEUU.

5. Stora (Suecia) -- 5.6 -- 6,337 -- Controla 15.000 km2 de tierra en Suecia, 6.000 en Canadá, así como alrededor de 2.000 km2 de plantaciones de eucalipto en Portugal y 145 km2 de pino en Chile. Produce en 9 países. Sus actividades en Canadá son criticadas debido al uso de herbicidas y a la corta a talarrasa.

6. ENSO (Finlandia) -- 5.5 -- 5,551 -- Parcialmente propiedad del Estado. Principal productor europeo de material de embalaje y envasado. Posee 4.750 km2 de tierra en Finlandia; también compra madera a productores privados. Involucrada en plantaciones en Kalimantan y en la industria del embalaje en Java. Utiliza bosques primarios de Finlandia y Rusia.

7. SCA (Suecia) -- 5.3 -- 7,104 -- Propietaria de 23.000 km2 de tierra (gran parte de la cual plantada con monocultivos de árboles exóticos) en Suecia y también compra a productores privados. Importa desde Rusia y tiene operaciones en Austria, Francia, Italia y Holanda.

8. Nippon Paper (Japón) --4.8 -- 9,678 -- Tiene plantas fabriles, plantaciones o ambas en Brasil, Canadá, Chile, Indonesia, Nueva Zelanda, Portugal y los EEUU. Creada a partir de la fusión entre Jujo y Sanyo-Kokusaku.

9. Champion International (EEUU) -- 4.6 -- 5,318 -- Posee o controla 24.900 km2 de tierras forestales; involucrada en plantaciones en Indonesia y Brasil, donde es la cuarta productora de papel y la sexta productora de pulpa. Posee 400 km2 de eucaliptos en Brasil, donde se informa que planea establecer una plantación de 1.000 km2 destinada a la exportación de astillas de madera. Recientemente ha sido objeto de protestas en los EEUU.

10. Kimberly-Clark (EEUU) -- 4.6 -- 12,114 -- Recientemente absorbió a Scott Paper, que en 1989 fue obligada a abandonar su proyecto de plantación en Indonesia y ha estado intentando vender sus tierras. Opera en Tailandia, Honduras, México, Costa Rica, China, Sudáfrica y unas 20 naciones más. Posee o controla más de 36.250 km2 de áreas boscosas, incluyendo plantaciones en España. Controla la mitad de la producción mundial de papeles tisú. Gran comprador de pulpa de mercado, incluyendo pulpa de eucalipto.

11. James River (EEUU) -- 4.1 -- 5,400 -- Realiza operaciones en 13 países; posee 15.200 km2 de áreas boscosas; es dueña del 5% de las acciones de Aracruz y de un 86% de Jamont. Principal productor de papeles para servilletas y afines.

12. Weyerhaeuser (EEUU) -- 3.9 -- 10,398 -- Principal productor mundial de pulpa de mercado. Propietario de 22.400 km2 de tierra forestal en los EEUU; arrienda o controla otros 75.000 km2, principalmente en Canadá. La mitad de su área forestal está compuesta de plantaciones sometidas a manejo intensivo. Exporta hacia Asia, vende madera de Indonesia y tiene intereses en Siberia. Ha sido recientemente el objetivo de protestas en los EEUU.

13. Jefferson Smurfit (EEUU) -- 3.7 (est.) -- 3,750 (est.) -- Fabrica papel de prensa, cartón; opera en Francia, México, Austria; está comenzando a operar en China.

14. New Oji (Japón) -- 3.3 -- 7,629 -- Vinculada al grupo comercial Mitsui. Ayuda en la operación de cientos de kilómetros cuadrados de plantaciones en Australia, Nueva Zelanda, Fiji, Papua Nueva Guinea, Vietnam, Brasil, Tailandia y Chile. Importaba astillas del proyecto ChipDeco en Kalimantan; opera plantas en Canadá y Nueva Zelanda. Formada de la fusión de Oji y Kanzaki Paper.

15. Union Camp (EEUU) -- 3.3 -- 3,396 -- Maneja plantaciones intensivas en el sudeste de los EEUU. Opera en siete países.

16. Jefferson Smurfit (Irlanda) -- 3.2 -- 2,562 -- Proyectos en 13 países, incluyendo plantaciones de eucaliptos en Colombia.

17. KNP BT (Países Bajos) -- 3.2 -- 7,223 -- Opera en nueve países.

18. Sappi (Sudáfrica) -- 3.0 -- 2,199 -- Exporta pulpa de mercado y papel. Opera plantas de papel en base a pulpa sudafricana en el Reino Unido; ha comprado grandes empresas de papel en Alemania y los EEUU; está intentando fabricar papel en el Extremo Oriente. Posee 4.000 km2 de plantaciones en Sudáfrica y recientemente analizaba la factibilidad de una "joint venture" en Mozambique.

19. Fletcher Challenge (Nueva Zelanda) -- 3.0 -- 4,818 -- Posee o tiene derechos de corta sobre 33.862 km2 en las Américas y Oceanía. Puede expandirse en Chile, Brasil, Malasia, Reino Unido e invertir en China con un socio indonesio.

20. Temple-Inland (EEUU) -- 2.8 -- 2,938 -- Opera en dos países; posee o controla 7.476 km2 de tierras forestales.

21. MoDo (Suecia) -- 2.6 -- 2,625 -- Controla 10.300 km2 de tierras forestales suecas y las propiedades de la empresa alemana PWA. Importa madera de Rusia, pulpa de Alberta. Gran productor de pulpa de mercado.

22. Mead (EEUU) -- 2.6 -- 4,558 -- Opera en Argentina y Chile; posee o controla 5.412 km2 de tierras forestales.

23. Daishowa (Japón) -- 2.5 -- 3,077 -- Vinculada al grupo Marubeni. Importa desde el extranjero el 60% de la materia prima fibrosa, incluyendo a Australia, Canadá, Chile, Rusia, Tailandia y los EEUU. Importa pulpa de Brasil, Canadá, Chile, Finlandia, Portugal, Suecia y los EEUU. Ha invertido en plantas en Canadá, Tailandia, los EEUU. Agresivo inversor extranjero e importante objetivo de las protestas ambientalistas.

24. Westvaco (EEUU) -- 2.5 -- 2,608 -- Fabrica cartón, embalaje; tiene una subsidiaria brasileña para la fabricación de embalaje y empaquetado (Rigesa). Exporta a 69 países. Catalogado como número 1 de la industria forestal estadounidense en materia de emisión de productos químicos tóxicos en 1988-89; explota bosques de los Apalaches y del valle del Misisipí.

25. Boise Cascade (EEUU) -- 2.5 -- 4,140 -- Posee o controla 24.000 km2 de tierras forestales; financiador fundador del Centro para la Defensa de la Libre Empresa (Center for Defense of Free Enterprise). Reciente objetivo de protestas en Maine y en otras zonas.

26. Abitibi-Price (Canadá) -- 2.4 -- 1,546 -- Se especializa en papel de prensa; controla o posee 95.772 km2 de tierras forestales.

27. Bowater (EEUU) -- 2.1 -- 1,359 -- Produce papel de prensa, kraft y de impresión y escritura en dos países.

28. Arjo Wiggins Appleton (Reino Unido) -- 1.9 -- 4,465 -- Controla plantaciones de eucaliptos en la península Ibérica.

29. Willamette Industries (EEUU) -- 1.9 -- 3,008 -- Sólo produce en los EEUU. Gran productor de pulpa de mercado.

30. Haindl (Alemania) -- 1.8 -- 1,404 -- Produce en tres países.

31. Riverwood International (EEUU) -- 1.7 -- 1,283 -- Fabrica envases de cartón para comida y bebida; produce en 13 países.

32. Daio Paper (Japón) -- 1.6 -- 2,623 -- Tiene una empresa astilladora en los EEUU; también abastecida desde Brasil, Tailandia y 650 km2 de plantaciones en Chile.

33. Cartiere Burgo (Italia) -- 1.5 -- 1,444 -- Fuertemente dependiente de importaciones de pulpa.

34. MacMillan Bloedel (Canadá) -- 1.5 -- 2,892 -- Maneja 15.000 km2 de tierras forestales. Plantaciones y plantas de pulpa en el sudeste de los EEUU y subsidiarias en Australia, Reino Unido, Japón, Países Bajos. La tala de bosques realizada por la empresa en la isla de Vancouver ha dado lugar a grandes conflictos. Produce cartón corrugado, papel de embalaje, de prensa y pulpa.

35. Gaylord Container (EEUU) -- 1.4 -- 784 -- Produce cartón y embalaje sólo en los EEUU.

36. Avenor (Canadá) -- 1.4 -- 1,389 -- Tiene acceso a 114.000 km2 de bosques; se centra en corta a talarrasa. Exporta pulpa a Japón, China y Europa. Se vio forzada a cerrar su gran planta de pulpa en la isla de Vancouver debido al bajo nivel de precios. Gran productor de papel de prensa reciclado.

37. Norske Skogindustrier (Noruega) -- 1.4 -- 1,299 -- Compra la mayor parte de la madera en el mercado, pero es también propietaria de 2.140 km2 de tierra.

38. Honshu Paper (Japón) -- 1.3 -- 4,600 -- Fue pionero en la producción de astillas de los bosques nativos de Papua Nueva Guinea, donde ahora posee 100 km2 de plantaciones. Inversiones en Brasil, Chile, Tailandia, Canadá, Hong Kong. Miembro del grupo industrial Oji y del grupo financiero Daiichi Kangyo.

39. Metsa-Serla (Finlandia) -- 1.3 -- 1,814 -- Opera en siete países; importa madera de bosques primarios de Rusia.

40. Domtar (Canadá) -- 1.3 -- 1,568 -- Opera sólo en Canadá; controla o posee 60.000 km2 de tierras forestales.

41. Hansol Paper (Corea del Sur) -- 1.2 -- 1,307 -- Produce sólo en Corea, pero utiliza fibra importada.

42. Amcor (Australia) -- 1.2 -- 4,266 -- Empresa integrada de empaquetado y producción de papel, que opera en China, Indonesia, Malasia, Hong Kong, Singapur, Corea del Sur y nueve otros países. Ha sido el objetivo de protestas en Australia.

43. Sonoco Products (EEUU) -- 1.2 -- 2,541 -- Opera en 250 localidades en 24 países.

44. Cascades (Canadá) -- 1.2 -- 1,263 -- Opera en cuatro países.

45. INAPA (Portugal) -- 1.2 -- 216 -- Se beneficia de las plantaciones promovidas por el gobierno.

46. Settsu (Japón) -- 1.1 -- 1,195 -- Vinculada al grupo Sumitomo. Tiene intereses en Brasil, Chile y Tailandia, a la vez que plantas industriales en Portugal, España y el sudeste de los EEUU.

47. AssiDoman (Suecia) -- 1.1 -- 2,172 -- Gran propietario forestal y productor de papel kraft, que opera en diez países.

48. Mayr-Melnhof (Austria) -- 1.1 -- 942 -- Especializado en cartón, que opera en ocho países.

49. Yuen Foong Yu (Taiwán) -- 1.0 -- 634 -- Posee acciones en empresas indonesias y tailandesas, a las que vende maquinaria.

50. David S. Smith (Reino Unido) -- 1.0 -- 1,576 -- Compañía que opera en cuatro países.

51. Consolidated Papers (EEUU) -- 1.0 -- 1,028 -- Opera sólo en los EEUU, pero exporta hacia México, Asia y América del Sur.

52. Klabin (Brasil) -- 0.9 -- 1,005 -- La principal empresa productora integrada forestal de América Latina; posee 3.333 km2 de tierras forestales; el 39% de sus ventas se realizan al exterior.

53. Potlatch (EEUU) -- 0.9 -- 1,470 -- Produce pulpa de mercado, cartón y papel de impresión y escritura sólo en los EEUU.

54. Mondi (Sudáfrica) -- 0.9 -- 875 -- Planea duplicar su capacidad de fabricación de pulpa a partir del año 2.000; tiene intereses en el Reino Unido y Portugal.

55. Repap (Canadá) -- 0.9 -- 1,138 -- Posee 65.550 km2 de tierras forestales, un área del tamaño de Sri Lanka.

56. Hokuetsu Paper Mills (Japón) -- 0.8 -- 1,084 -- Vinculado a New Oji, que tiene acciones de la empresa; intereses en el sudeste asiático.

57. Mitsubishi Paper (Japón) -- 0.8 -- 2,042 -- Tiene 100 km2 de plantaciones en Chile; intereses en el sudeste asiático y Canadá; incluye la fabricación de papel para arte y papeles especiales.

58. QUNO (Canadá) -- 0.8 -- 411 -- Opera sólo en Canadá.

59. Cheng Loong (Taiwán) -- 0.8 -- 474 -- Intereses en el sudeste asiático; opera en dos países; importa fibra.

60. Rengo (Japón) -- 0.8 -- 2,749 -- Fabrica cartón en Indonesia, Tailandia, China, Singapur y Malasia.

61. Chuetsu Pulp & Paper (Japón) -- 0.7 -- 877 -- Asociada al grupo Oji; produce papel de prensa y papeles finos y de impresión.

62. Shin Ho (Corea del Sur) -- 0.7 -- 1,220 -- Opera en tres países; involucrada en una planta de papel de prensa en Tailandia.

63. Indah Kiat (Indonesia) -- 0.7 -- 483 -- Opera plantas de pulpa, plantaciones y concesiones de bosques nativos en Sumatra.

64. Noranda Forest (Canadá) -- 0.6 -- 1,319 -- Controla o posee 57;750 km2 de tierras forestales; opera en dos países.

65. Holtzmann Papier (Alemania) -- 0.6 -- 443 -- Opera sólo en Alemania.

Fuentes: Olsson 1995, Lamb 1992, JATAN 1994, Marchak 1992, informes de empresas, Rahikainen et al. 1995, PPI 9.1995, FT y otros informes de prensa.

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