Plantaciones forestales en la pradera uruguaya
por Carlos Pérez Arrarte
Octubre 2000

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I. Plantaciones forestales en un paisaje de pradera

Praderas, bosques y ganado

Uruguay comprende una superficie de 176.000 km2 en el límite Norte del Río de la Plata y en el margen Oeste del Río Uruguay, entre sus dos grandes vecinos, Brasil y Argentina, y se extiende de los 30 a 35° de latitud Sur y 53 a 58° de longitud Oeste. Cuenta con un territorio de 16,5 millones de hectáreas aprovechables para la producción agropecuaria, en una relación muy favorable en el contexto mundial para sus 3 millones de habitantes.

El territorio de Uruguay se identifica con la pradera pampeana, formación característica de una vasta región del cono sur de América Latina. El paisaje es suavemente ondulado, con tierras de lomadas y planicies, de pendientes reducidas, generalmente de 1 a 5 por ciento. La altitud media con respecto al mar es de 135 m, y su altitud máxima de 513 m.

El clima es subtropical húmedo, con precipitaciones que varían de 980 mm en el Sur a 1400 mm en el Norte, con una muy alta variabilidad interestacional e interanual. La temperatura media es decreciente de Norte a Sur, variando de 20 a 16°, en el marco de una estacionalidad definida, con presencia de heladas invernales y un verano cálido. El clima y la geomorfología definen una presencia abundante de cursos de agua superficiales permanentes a lo largo del año.

La vegetación clímax de esta región es de una pradera dominada por gramíneas cespitosas y rastreras, altamente compleja y biodiversa, en la que se han identificado diversas comunidades que en conjunto incluyen aproximadamente dos millares y medio de especies, distribuidas en más de 80 familias, incluyendo más de 400 especies de la familia de las gramíneas . Aunque el pastoreo combinado de ganado vacuno, ovino y equino durante tres siglos ha impactado y posiblemente deteriorado en forma significativa el paisaje climácico previo a la colonización española, el tapiz natural ha mostrado una notable capacidad de adaptación a los sistemas de explotación imperantes, y de sustentabilidad biológica y económica. En el pasado, ha sido un pilar sustantivo en la construcción económica del Uruguay y de su historia social y política. Aún hoy, el tapiz natural –con diversos grados de modificaciones- da cuenta de más del 80% del uso del territorio (cuadro 1), y mantiene plena vigencia como base alimenticia de su sector ganadero exportador.

Los suelos que se desarrollaron a partir de la evolución geológica bajo las condiciones de clima y vegetación asociada, son característicos de las formaciones de pradera, con colores oscuros, contenidos elevados de materia orgánica, presencia relativamente elevada de arcilla en el horizonte superficial, pH ligera a moderadamente ácido y presencia de horizonte B textural o argilúvico . Los mejores suelos, profundos y fértiles, de texturas medias a finas, con riesgo reducido de erosión, definen una aptitud de uso agrícola en una cuarta parte del territorio.

La ganadería extensiva a la intemperie fue la producción predominante de este territorio desde la incorporación colonial, en armonía con una dotación de recursos naturales especialmente apta para ese fin, que se prolonga hasta nuestros días. Desde muy temprano se conformó un sistema de producción que combinaba el pastoreo simultáneo y continuo de vacunos, ovinos y equinos, en el marco de potreros de gran superficie, caracterizando a la "estancia ganadera" como la unidad de producción asociada típicamente a este paisaje, y al hombre a caballo ("el gaucho") como el actor social emblemático.

En el proceso histórico Uruguay logró rápidamente niveles de autoconsumo alimentario para los principales productos de la dieta humana, basado en productos animales y aquellos provenientes de la agricultura con cultivos de clima templado. Y temprano en el siglo XX, ya era un exportador neto de alimentos y fibras vegetales y animales, naturales y procesadas industrialmente, que conformaron el núcleo de su economía agroindustrial.

El paisaje de la pradera incluyó también un bosque natural, presente en las riberas de los ríos y arroyos y en las sierras más elevadas, integrado por múltiples especies, y muy adaptado a las condiciones naturales y a la presión del pastoreo. A nivel nacional se ha informado que su composición florística integra unas 100 especies arbóreas, y otras tantas arbustivas, especies en su mayoría de follaje perenne . Hoy se estima que permanece una superficie del orden de las 650.000 hectáreas bajo este uso del suelo, un 3.5% del territorio total. Históricamente se lo ha utilizado directamente para la provisión de combustible y para la construcción de alambrados, viviendas y locales diversos. Los servicios ambientales del monte incluyen la conservación de las riberas de los ríos y arroyos, la protección de la fauna, suministro de abrigo y sombra para el ganado y el hombre, etc.

Cuadro 1
Uruguay. Uso del suelo
(miles de hectáreas, aproximación año 2000)

Concepto

Hectáreas

%

Campos naturales

11920

72.2

Cultivos forrajeros

2250

13.6

Tierras agricultura extensiva

1000

6.1

Tierras agricultura intensiva (hort.y frutic.)

120

0.7

Plantaciones forestales con proyecto

420

2.5

Plantaciones forestales otras

140

0.8

Monte (bosque) indígena

650

3.9

Total

16500

100.0

Los eucalyptus fueron introducidos hacia 1853, provenientes de Australia. Rápidamente se extendió su plantación en el siglo XX, por su adaptación y rapidez de crecimiento, para proporcionar servicios ambientales a los cascos de las estancias, a la protección del ganado, y para ser utilizados en las construcciones rurales y provisión de leña. Pequeños plantíos de 1 hectárea y largas cortinas de dos a 4 filas de árboles distribuidos por todo el territorio del país, se volvieron componentes del paisaje casi naturales.

La organización social del territorio estuvo caracterizada desde siempre por la importancia y la primacía de la metrópoli. Montevideo, la ciudad-puerto, se constituyó en el centro de la vida social, económica, y política. Toda la estructura urbana y productiva confluye hacia el centro metropolitano –incluyendo la capital y las regiones aledañas- donde hoy se radica más del 60% de la población y una parte aún mayor del producto bruto interno. La densidad de la población en las zonas ganaderas típicas es muy reducida, de 1 a 3 habitantes/km2 .

Plantaciones: incubación lenta, crecimiento rápido

A finales de los años sesenta ya se formula la primer ley forestal, que incluía exenciones impositivas para los bosques naturales, y una serie de incentivos para desarrollar las plantaciones. Sin embargo, hasta veinte años después, cuando se promulga la legislación vigente, la forestación no logró atraer la atención del empresariado nacional o internacional, lográndose en ese largo período superficies plantadas anualmente del orden de 2-3000 hectáreas, con algunos vaivenes producidos por cambios marginales en la legislación vigente, y por los estímulos del proceso de sustitución de los derivados del petróleo por leña a raíz de la crisis energética de los años setenta. La década de los noventa marcó un cambio significativo (gráfico 1), hacia el actual nivel de las plantaciones del orden de las 50.000 hectáreas por año. Estas plantaciones están dominadas por muy pocas especies: en eucalyptus, las especies plantadas son E. globulus (v.globulus) y E. grandis, y en pinos, elliottii y taeda.

En el marco de las leyes forestales, con planes de manejo y con fines industriales, se han plantado aproximadamente 450.000 hectáreas de árboles; a éstas deben agregarse plantaciones protectoras o de servicios, anteriores a la legislación actual o plantadas sin acogerse a los beneficios fiscales, que suman unas 140.000 hectáreas. Esa superficie se agrega a una superficie de 650.000 hectáreas de bosques nativos que presentan diferentes grados de intervención humana, completando un uso del suelo con árboles nativos y exóticos en el 7% del territorio.

Gráfico 1:
Evolución de la superficie forestada por año, 1975- 97

Operadores inmobiliarios señalaban a comienzos de 1998 que los inversores forestales ya habían adquirido entre 500-600.000 hectáreaslo que permite hacer una proyección de corto plazo de las plantaciones. En marzo del 2000, el Presidente de la República y su Ministro de Ganadería y Agricultura en un viaje a Chile, promocionaron el potencial forestal de Uruguay ante empresarios forestales chilenos, estableciendo una superficie forestal potencial de 3 millones de hectáreas.

La distribución en el territorio de las plantaciones ha estado fuertemente influenciada por la definición de "los suelos de prioridad forestal" que realizó la política forestal, y que condiciona la recepción de los beneficios fiscales por parte de los empresarios. Sintéticamente se pueden identificar dos regiones principales de concentración de las nuevas plantaciones, el Litoral medio y el Centro Norte, y dos regiones más incipientes, el centro y el sureste del país.

Estimaciones de la madera que se cosechará en los próximos 20 años concluyen que el 90% provendrá de eucalyptus y el 10% restante de pinos; los pinos se manejan con la finalidad de aserrado; de los eucalyptus, 70% se estima que se destinarán a madera para pulpa de celulosa, y el saldo del 30% para aserrado.

Procesos tecnológicos y mercados.

Originalmente, el proyecto forestal de Uruguay fue definido para la producción de madera pulpable proveniente de eucalyptus, como se refleja en la composición de las plantaciones que se han realizado durante los diez primeros años de su ejecución. Durante los últimos dos años, se ha incrementado la conciencia sobre la dificultad de esta opción estratégica, y, sumado al efecto demostrativo de la presencia de inversores internacionales provenientes de Norteamérica (Estados Unidos y Canadá), que han realizado opciones por las plantaciones de pino, comienza a insinuarse un cambio de énfasis hacia las plantaciones de ese género con destino para aserrado en los nuevos emprendimientos. En forma análoga, una proporción importante -aunque no hay información cuantitativa- de plantaciones de Eucaliptus grandis originalmente diseñadas con el objetivo de producir pulpa, ubicadas en zonas distantes de las terminales portuarias, se están reconvirtiendo hacia el objetivo de lograr madera aserrable de calidad, mediante la realización de faenas de podas y raleos y de redefinición de los turnos de explotación.

En la coyuntura, comienzan a hacerse evidentes diferentes problemas tecnológicos en las plantaciones; por su importancia es de destacar aquellos derivados de plantaciones ubicadas en sitios inadecuados en relación al género y/o especie forestal plantado, y/o orígenes de semillas no adaptadas a las condiciones locales o de reducida calidad. Aunque los eucalyptus habían sido introducidos en Uruguay hacía más de 100 años, las nuevas plantaciones se basaron en semillas provenientes de Chile, Sudáfrica y otros orígenes.

En particular, los mejores precios de la madera de eucalyptus globulus para el destino de pulpa, llevó a que se realizaran extensas plantaciones -y se continúan realizando hoy en día- fuera del sitio requerido por esa especie, que luego de algunos años aparentemente normales, al ingresar a fases de mayor edad, enlentecen su crecimiento y producen rendimientos muy inferiores a los previstos. Actualmente se observan plantaciones afectadas en el departamento de Río Negro, y existen expectativas sobre el comportamiento de extensas plantaciones de esta especie en Tacuarembó y Rivera realizadas por fondos de inversión y otros inversores.

Una complicación adicional proviene del hecho de que esas plantaciones se ajustaron a las normativas del organismo oficial de forestación y contaron con la aprobación de los proyectos y los beneficios fiscales correspondientes, por lo que se abre la posibilidad de eventuales reclamos al Estado.

Las tierras forestales tienen un precio de mercado de unos 700 US$/hectárea, alcanzando los costos de plantación 350 US$/hectárea, de los cuales el empresario puede recuperar un año después de la plantación un subsidio equivalente a la mitad de ese costo. En los eucalyptus para pulpa se definen turnos de explotación de 8 a 10 años, con incrementos medios anuales de 20 a 25 m3 (cuadro 2).

Los precios de exportación de Uruguay (FOB) para los rollizos están en el entorno de los 50 dólares por m3 de madera sólida para el eucalyptus globulus ("blanco"), variando según las coyunturas de la celulosa en el mercado mundial. Esta especie es la más atractiva en el marco del mercado actual. Los empresarios tienen expectativas de obtener rentabilidades del 15% sobre estas bases de cálculo. En las plantaciones de pinos destinadas a producción de madera aserrada de calidad ("clear") se requieren turnos de 20 a 25 años, se efectúa un manejo intensivo con 3 a 4 podas e igual número de raleos, y se esperan incrementos medios anuales del orden de 20 m3 .

Estos rendimientos de las plantaciones en Uruguay son superiores a los obtenidos en el Hemisferio Norte, similares a los de Nueva Zelanda o Sudáfrica, e inferiores a los que se obtienen en Brasil o en el Norte de Argentina (Corrientes, Misiones) .

En términos comparativos, la ganadería extensiva uruguaya produce en condiciones medias 70 kg de carne equivalente * , que significan un ingreso bruto anual de 50-70 US$/hectárea, y obtiene rentabilidades en el entorno del 1 al 5%. Es notable el contraste entre los volúmenes y los precios entre la actividad ganadera y la forestal: por año y por hectárea, la forestación con eucalyptus produce unas 20 toneladas de madera aprovechable versus 70 kg de ganado en la ganadería, es decir un volumen físico casi 300 veces mayor; en términos de precios unitarios, el eucalyptus en pie al momento de la cosecha obtiene unos 20 dólares por tonelada versus unos 800 dólares la tonelada el ganado para faena, es decir unas 40 veces menos.

Cuadro 2
Coeficientes técnicos de plantaciones

Concepto

Eucaliptus globulus

Pinus elliotti

Producción

Madera - pulpa celulosa

Madera - aserrío

Labores

Plantación (1)

Plantación (1)

 

Mantenimiento y vigilancia

Mantenimiento y vigilancia

 

Corta final (10)

Podas 4 (3)(4)(6)(8)

 

Raleos 4 (3)(6)(8)(12)

 

Corta final (20)

Rendimiento (m3/há)

250

380

Nota: Los números entre paréntesis indican el año de la labor.

Los agentes empresariales en el sector forestal

El sector forestal -en su fase de plantaciones- presenta un conjunto de particularidades en relación a otras actividades agropecuarias nacionales, derivadas de su formación reciente y del ingreso masivo de agentes sociales provenientes de otros sectores de la economía y de orígenes internacionales (Recuadro 1). No hay una información actualizada y detallada sobre el número y las características de los proyectos forestales registrados en la Dirección Forestal, aunque se maneja un monto de 1500 emprendimientos totales. Existe toda una constelación de agentes sociales vinculados al sector, incluyendo grandes empresas transnacionales con superficies plantadas y en plantación de varias decenas de miles de hectáreas, hasta pequeños plantadores independientes de 20 a 50 hectáreas, pasando por grupos económicos nacionales, organismos paraestatales de previsión social, y fondos forestales de inversión.

Las inversiones directas de las corporaciones transnacionales concentran una proporción significativa de la superficie, y sus niveles productivos, la tecnología utilizada, la integración vertical más allá de las fronteras, y sus influencias sociales y políticas definen un rol protagónico central dentro del sector. Shell-UPM/KYMMENE (Forestal Oriental) fue de las inversiones pioneras de este origen, beneficiándose de mecanismos de rescate de bonos públicos de deuda para realizar sus plantaciones que alcanzan un orden de 35.000 hectáreas; la Empresa Nacional de Celulosa de España (ENCE) (Eufores) además de sus 30.000 hectáreas de plantaciones, realiza exportaciones de rollizos con su empresa comercial (Las Pleyades),y ahora está iniciando una terminal portuaria sobre el Río Uruguay. Weyerhaeuser (Colonvade), es una recién llegada, que en algo más de dos años ha invertido 80 millones de dólares y adquirido casi 100.000 hectáreas. Estas empresas significaron un punto de inflexión en la historia de Uruguay, donde hasta el momento la presencia corporativa tenía antecedentes muy limitados en la actividad productiva agropecuaria.

Un segundo grupo significativo de inversiones en plantaciones pertenece a inversores chilenos. Inicialmente, un grupo de varios empresarios de ese país y provenientes del sector frutícola, realizaron plantaciones por 22.000 hectáreas en el sureste del país. Recientemente, el embajador chileno en Uruguay, señalaba que las empresas ya instaladas cuentan con unas 50.000 hectáreas, e inversiones por US$ 80 m. Algunos de los grupos económicos más importantes de ese origen ya están presentes en Uruguay: el grupo ARAUCO, por medio de Forestal Mininco ha realizado inversiones recientes adquiriendo 20.000 hectáreas (Forestal Cholguán); el otro gran conglomerado forestal chileno, CMPC -conocido como la Papelera- ha optado en esta primera fase por realizar inversiones adquiriendo una industria nacional para la producción de líneas de papeles sanitarios y pañales. Estas tendencias, se enmarcan en un ambiente de creciente hostilidad en Chile hacia los emprendimientos forestales, y la búsqueda de nuevos ámbitos de inversión más permisivos .

Un grupo de empresas de capitales mayoritariamente nacionales integran una porción significativa de la inversión, con plantaciones en el rango de 5 a 15000 hectáreas, incluyendo en algunos casos industrias de aserrado y actividades comerciales. Por otra parte, son muy relevantes en la construcción del grupo de lobby de los intereses forestales. Incluye firmas como el Grupo Otegui con plantaciones, aserrado y laminado y exportaciones de rollizos (COFUSA, URUFOR, TILE), FYMNSA (plantaciones y aserrado), INDALEN, DELAMONTE (plantaciones y aserrado), Grupo Mascolo, y otras.

Dos administradoras de fondos de previsión -instituciones paraestatales nacionales- tuvieron inversiones forestales muy anteriores a la vigencia de la ley actual: la Caja Bancaria (18.000 hectáreas de plantaciones, aserrado) y la Caja Notarial. Recientemente otra, la Caja de Profesionales Universitarios inició plantaciones masivas.

Los fondos de inversión forestal constituyen una total innovación en el sector agropecuario nacional. En éstos, una empresa que conduce el negocio adquiere un establecimiento agropecuario en las áreas de prioridad forestal, realiza las plantaciones y fracciona el predio en múltiples propiedades individuales que oferta en el mercado. También ofrece a los nuevos propietarios forestales servicios de labores forestales, mantenimientos, cosecha y comercialización grupal. Un agresivo marketing es una de sus características innovadoras para el sector agropecuario uruguayo; otra, es que alguna de estas iniciativas han logrado ser calificadas como opciones de inversión aceptables de acuerdo a los estándares requeridos para las instituciones de previsión privadas (AFAPs), por lo que ingresarán a sus portafolios. Se estima que en los tres emprendimientos existentes, PASO ALTO, FONDO FORESTAL y VALLE FLOR, sumarían más de 700 los propietarios individuales englobados por este tipo de agentes forestales, por lo que, más allá de señalar la novedad del fenómeno económico en Uruguay, debemos destacar que los fondos han contribuido a darle una base social de pequeños propietarios al sector forestal, mitigando la imagen pública original de una actividad dominada por el gran capital transnacional y nativo.

Las empresas de servicios forestales constituyen otro grupo de creciente protagonismo. Originalmente surgieron las que proveían servicios a las plantaciones en su primera fase de instalación, tales como viveros, plantaciones, podas, etc.; otras han estado a cargo de las actividades comerciales basadas en las plantaciones preexistentes, tales como las exportaciones de rollizos a países de ultramar, o se están consolidando para el nuevo momento que se aproxima. Entre éstas últimas, una sociedad agrupa a unos 70 productores forestales que comercializan su producción de madera pulpable en forma conjunta. A partir de los próximos años, las empresas de servicios para la cosecha y el transporte serán claves en el desarrollo del sector. Las empresas de prestación de servicios técnicos, para el desarrollo de proyectos de inversiones forestales, evaluaciones de plantaciones, y otras más avanzadas que se instalarán vinculadas a las certificaciones, componen el repertorio de estos actores asociados a los empresarios forestales en la fase primaria.

Recuadro 1.
Agentes sociales

Corporaciones Trasnacionales

Shell-UPM/KYMMENE (35.000), 
ENCE (30.000)
,
Weyerhaeuser
(92.000),
WEST FRASER (30.000)

Grupos forestales chilenos

Grupos origen frutícola (22.000),
Forestal Cholguán
(20.000),
CMPC

Grupos económicos mayoritariamente nacionales

Grupo Otegui (COFUSA-20.000/URUFOR/TILE),
INDALEN,
DELAMONTE,
FYMNSA,
MASCOLO

Administradoras de Fondos Previsionales

Caja Bancaria (18.000),
Caja Notarial,
Caja de Profesionales Universitarios

Fondos Forestales de inversión

PASO ALTO,
FONDO FORESTAL,
VALLEFLOR.

Plantadores Independientes

 

Ganaderos con plantaciones

 

Industrias papeleras nacionales

Fábrica Nacional de Papel,
PAMER.

Empresas de Servicios Forestales

 

Nota: los números entre paréntesis son estimaciones de las superficies comprendidas en el proyecto.

La Sociedad de Productores Forestales, que integra la Asociación Rural del Uruguay, es la gremial que agrupa los intereses empresariales de los plantadores, realizando una fuerte acción de cabildeo y promoción de los intereses forestales ante las agencias del Estado, el sector político, y el público en general.

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