La Quebrada de los Cuervos en peligro de invasión

En Uruguay existen una serie de quebradas, entre las que quizá la más conocida sea la Quebrada de los Cuervos en el departamento de Treinta y Tres, que se ha constituido en un importante atractivo turístico. Si bien ha sido declarada como Área Natural Protegida, lo cierto es que está enfrentada a un grave peligro: la invasión de especies exóticas.

El origen del problema

A principios de la década de los 1970, alguien tuvo la desafortunada ocurrencia de plantar pinos y eucaliptos en la zona alta donde se encuentran la administración de la Quebrada, las cabañas y zona de camping. Dicha plantación ni siquiera se hizo con un criterio paisajístico, sino que simplemente se plantaron hileras de pino elliottii y de eucalipto grandis, como en cualquier plantación comercial para producir madera. El resultado no solo fue un adefesio paisajístico, sino que ahora esas especies están avanzando a través de su regeneración espontánea y amenazando invadir a la propia quebrada. A ellas se suma la llegada de la acacia negra (Acacia mearnsii), que también está avanzando peligrosamente.

Pinos, eucaliptos y acacias: una bomba de tiempo

El pino es el principal peligro, ya que su semilla alada puede ser llevada por el viento hasta la propia Quebrada, donde será muy difícil de erradicar en caso de que empiece a germinar dentro del monte. Ya se observan muchos pinos avanzando por el campo, que se encuentran a bastante distancia de los árboles plantados que les dieron origen. El peligro es por ende cada vez mayor. Pero el pino es a la vez el problema más fácil de resolver. En efecto, estos árboles tienen la cualidad de no rebrotar después de cortados. Por consiguiente, si se cortan todos los ejemplares existentes (que se pueden vender para madera), sólo será necesario hacer un seguimiento de un par de años para asegurarse que todos los pinos que nazcan de la semilla que permanecerá en el suelo después de la corta sean eliminados.

El eucalipto es un caso mucho más difícil, ya que estos rebrotan muy bien después de cortados. A eso se agrega que esta especie (E. grandis) está reproduciéndose espontáneamente por semilla y avanzando de forma cada vez más acelerada. Dado que ésta es un área natural protegida, el uso de herbicidas ni siquiera puede ser tomado en consideración, puesto que implicaría una contaminación ambiental inadmisible, por lo que será necesario identificar métodos alternativos para su eliminación. La buena noticia es que la plantación existente está siendo cortada (para usar su madera en una construcción que se está haciendo en la Quebrada). Sin embargo, ello no implica una decisión en cuanto a su erradicación definitiva y seguramente todos los tocones habrán rebrotado al año.

Un tercer problema, también grave, es el avance de la acacia negra, ya que no solo se reproduce por semillas (que las produce en abundancia), sino también por rebrote de cepa e incluso por brotes de las raíces. Su erradicación es por tanto también sumamente difícil.

La situación muestra que, a menos que se tomen medidas urgentes para resolver el problema, solo será cuestión de tiempo para que las tres especies mencionadas comiencen a invadir a la Quebrada. Importa mencionar que el personal de la Quebrada corta periódicamente los pinos invasores, pero de poco sirve si los árboles semilleros permanecen en pie. A ello se agrega el peligro adicional de la proliferación de víboras venenosas vinculadas en particular a los pinos y eucaliptos.

¿Por qué no forestar con especies indígenas?

No hay duda de que los árboles resultan muy importantes en el área donde se encuentran estas plantaciones, ya que su sombra es fundamental para hacer más placentera la estadía de los turistas. Sin embargo, los pinos y eucaliptos no son la única –y ni siquiera la mejor- opción. En efecto, basta con recorrer la zona para ver que hay una cantidad de especies nativas desarrollándose espontáneamente y que podrían sustituir con ventaja a las especies exóticas (en particular en la protección contra el viento) y varias de las cuales podrían también proporcionar buena sombra.

En un rápido relevamiento realizado en el entorno de las cabañas, encontramos especies muy abundantes (envira y aruera), abundantes (canelón, arrayán, tabaquillo), frecuentes (blanquillo y chal chal), relativamente frecuentes (molle y tala trepador) y escasas (Trixis, carobá, chirca de monte, coronilla, tembetarí, guayabo blanco y colorado)

Importa destacar que el resultado de dicho relevamiento no tiene la pretensión de tener rigor científico alguno, sino que simplemente apunta a mostrar la presencia de unas cuantas especies indígenas que allí se desarrollan. Un estudio más pormenorizado, que abarque un área más amplia del entorno seguramente permitirá identificar un mayor número de especies a tener en cuenta. Por ejemplo, a más de un centenar de metros de distancia hallamos un bellísimo ejemplar de Escallonia spiraeoides en flor (ver fotos en anexo).

De las especies descritas, algunas alcanzan desarrollos importantes en altura como para constituirse en especies de sombra (canelón, tembetarí, aruera, arrayán, blanquillo, chal chal, carobá, guayabos, coronilla), en tanto que las demás serían complementarias en materia de sombra y abrigo.

Además, en mucho casos ni siquiera es necesario forestar, dado que ejemplares de esas especies ya están instalados y solo requieren que se los libere de la competencia de los pinos y eucaliptos para que se puedan desarrollar y reproducirse.

Un enfoque paisajístico-recreativo

Sin embargo, en este caso no alcanza con simplemente permitir el desarrollo de las especies indígenas existentes, puesto que se trata de una zona recreativa que requiere cierto nivel de manejo. Por lo tanto, lo que hace falta es un plan de parquización que tenga en cuenta no solo el respeto paisajístico del entorno, sino que además brinde servicios ambientales a los turistas.

Es decir, que no se trata de plantar árboles y arbustos en líneas rectas (aunque sean indígenas), sino que se los debe distribuir de tal forma que el resultado sea estéticamente agradable y funcionalmente útil. En efecto, entre otras cosas, los turistas requieren sombra y abrigo contra el viento. Se necesita entonces hallar distintas combinaciones de especies para lograr el efecto deseado (por ejemplo, envira contra el viento y canelón para sombra). Los turistas pueden también requerir cierta intimidad (aunque no aislamiento), que podría ser provista por grupos de arbustos que corten la visión del entorno más inmediato.

Lo anterior son solo algunas ideas para sustituir los pinos y eucaliptos existentes, pero lo que importa más es la toma de decisiones a nivel de la intendencia departamental para eliminar de raíz (quizá hasta literalmente en el caso de los eucaliptos y acacias) un problema que amenaza el futuro de algo tan único y nuestro como la Quebrada de los Cuervos.

Ricardo Carrere, enero 2007
(escrito a partir de su estadía en la Quebrada a fines de 2006)

Acceder aquí al anexo fotográfico

Listado de especies mencionadas y nombre científicos

Arrayán: Blepharocalyx angustifolius
Aruera: Lithraea brasiliensis
Blanquillo: Sebastiania klotzchiana
Canelón: Myrsine lorentziana
Caroba: Schinus lentiscifolius
Chal chal: Allophyllus edulis
Chirca de monte: Dodonaea viscosa
Coronilla: Scutia buxifolia
Envira: Daphnopsis racemosa
Guayabo blanco: Eugenia uruguayensis
Guayabo colorado: Myrcianthes cisplatensis
Molle: Schinus longifolius
Tabaquillo: Solanum mauritianum
Tala trepador: Celtis iguanea
Tembetarí: Fagara rhoifolia)
Trixis: Trixis praestans

 


Inicio / Monte Indígena / Plantaciones Forestales / Fábricas de Celulosa
Grupo Guayubira
Maldonado 1858 - Montevideo - Uruguay
tel: (+598) 2413 2989 / fax: (+598) 2410 0985
info@guayubira.org.uy