El bosque natural uruguayo:
caracterización general y estudios de caso.

Ricardo Carrere

índice
página anterior

V.CONCLUSIONES GENERALES.

Los estudios de caso que acabamos de reseñar constituyen una acumulación de conocimientos de indudable utilidad. A los elementos descriptivos predominantes se agrega otro tipo de información, que explícita o implícitamente apunta a la toma de decisiones con respecto al mejor uso a que se puede destinar el territorio ocupado por el monte natural. Por otro lado, evidencian una serie de carencias que deberán ser subsanadas si se desea lograr un conocimiento más completo de nuestras formaciones boscosas y de su potencial productivo.

Tendiendo a ese fin, a continuación se intenta sistematizar los principales aportes de los estudios de caso analizados, así como las carencias detectadas en los mismos.

A. APORTES DE LOS ESTUDIOS ANALIZADOS.

1. Descripción de las principales formaciones boscosas del país.

Los estudios de caso se encuentran bastante bien distribuidos en todo el país e incluyen formaciones boscosas asociadas a distintos tipos de accidentes geográficos (cursos de agua, serranías, arenales). El análisis de los estudios muestra diferencias entre las distintas formaciones boscosas y permite agruparlos en varios tipos de montes con características propias bien definidas. La clasificación más aceptada distingue entre montes ribereños, serranos, de quebrada y de parque. Sin embargo, hemos optado por la clasificación expuesta en el capítulo I, por entender que se adapta mejor a la información relevada en los 14 estudios de caso analizados. La clasificación que proponemos organiza los montes en tres grandes grupos (asociados a cursos de agua, a serranías y a arenales del litoral sur), el tercero de los cuales (arenales) aún no había sido definido como formación boscosa específica. Si bien entendemos que debería profundizarse su estudio, la información expuesta en el estudio de caso Nø 6, parecería indicar claramente la existencia de este tercer grupo de monte natural, que aún subsiste en algunas zonas del litoral platense y atlántico.

2. Las especies que integran el monte natural y su distribución.

Prácticamente todos los estudios de caso se centran en la determinación, descripción botánica y distribución de las especies en el plano horizontal (fundamentalmente de acuerdo con sus necesidades en materia de humedad y en menor grado de condiciones edáficas) y vertical (necesidades lumínicas). En menor medida se presenta también información acerca de la frecuencia de las distintas especies en el monte. En el anexo se resume la información relativa a especies halladas en los distintos estudios de caso, siendo las de mayor ocurrencia las siguientes: coronilla, chal chal, arrayán, tala, guayabo colorado, mataojo, sauce criollo, molle(1), blanquillo, palo de leche y congorosa. Esto no significa que sean las más frecuentes, sino que serían las de mayor dispersión a nivel nacional.

En general se entiende que los montes del norte y noreste del país contienen un mayor número de especies que los del sur y que los árboles adquieren allí un mayor porte. Esta afirmación parecería ser corroborada en general por los estudios de caso. Existiría una excepción en el caso de los montes de San Miguel (caso Nø 5), donde se relevó un número muy elevado de especies (63), superior al del Lunarejo (caso Nø 2) y apenas inferior al del río Queguay (caso Nø 13).

Brindamos a continuación un cuadro detallado del número de especies relevadas en los distintos casos, aclarando sin embargo que (por distintos motivos que analizaremos más adelante), no resulta posible extraer conclusiones muy tajantes a partir de comparaciones entre los distintos estudios de caso.

Norte del Río Negro
Caso Ubicación Tipo(s) de monte(s) Nø especies
1 Arroyo Tres Cruces- Artigas Ribereño y de parque

25

2 Arroyo Lunarejo-

Rivera

De quebrada y serrano

55

11 Litoral Río Uruguay De parque 18
12 Río Queguay-Paysandú Ribereño y de parque

69

13 Río Uruguay-Salto/

Paysandú

Ribereño, isleño y

de parque

79

Río Negro
3 Río Negro-Cerro Largo Ribereño y de parque

45

10 Río Negro-Rincón del

Bonete

Ribereño

31

Sur del Río Negro.
4 Río Cebollatí Ribereño

33

5 San Miguel-Rocha Ribereño, serrano y

de quebrada

63

6 Cabo Polonio-Rocha De arenales

21

7 Sierra de las Animas-

Maldonado

Serrano y de quebrada

33

8 Sierra Mahoma-San José De mar de piedras

18

9 Río Yi - Durazno Ribereño y de parque

27

3. Aspectos dasométricos de los montes y potencialidad de algunas de sus especies.

La mayoría de los estudios de caso describe un monte en general de escasa altura, con diámetros finos a medios, siendo mayores en los sitios más favorables (islas, quebradas, riberas) y menores en los más desfavorables (mar de piedras, serrano). Sin embargo, también aparecen ejemplares que alcanzan grandes dimensiones y que estarían mostrando la potencialidad de algunos tipos de montes si fueran sometidos a un manejo adecuado que favoreciera el desarrollo de las especies con mejor desarrollo forestal.

Algunas de las mediciones efectuadas en los estudios de caso muestran las dimensiones que se detallan a continuación:

Especie

Diámetro (cms.)

Altura (mts.)

Caso Nø

Azoita cabalho

44

15

2

Ceibo

56

15

5

Corondá

30

17

13

Guaviyú(1)

25

13

2

Guayubira 60

10

1

 
Ibirapitá

80

--

13

Ingá

80

15

13

Lapachillo(1)

45

20

13

Laurel(1)

143

22

2

Laurel

115

16

5

Laurel(3)

80

15

13

Lapacho

40

--

13

Palo de jabón

150

--

13

Sauce criollo

35

10

13

Tarumán

210

--

5

Tarumán sin espinas

51

--

5

Tembetarí(1)

64

14

5

Viraró(1)

30

10

13

Viraró(2)

35

15

13

4. Capacidad de respuesta del monte natural.

Del estudio de los casos analizados surge que las especies que componen el monte se regeneran naturalmente, asegurando así la continuidad del monte. Este proceso natural es afectado directa o indirectamente por el ser humano, cuyos objetivos con respecto al monte pueden agruparse en:

1) La extracción de maderas.

2) La sustitución parcial o total del monte por praderas o cultivos agrícolas.

En el primer caso, el monte tiene una gran capacidad de respuesta a través del rebrote de los ejemplares cortados. Si bien se sospecha que el número de especies disminuye y/o que la composición del monte cambia en este proceso, en general el monte se recupera, aumentando en densidad y disminuyendo en altura. Sólo retrocede cuando la presión de corta es muy intensa o cuando se combina la corta con un pastoreo intenso del monte, tal como es descrito en detalle en el estudio Nø 3.

El segundo caso, si bien probablemente constituye un fenómeno común a todo el país (particularmente en las zonas más densamente pobladas), aparece analizado en detalle para el monte de parque del litoral del río Uruguay. Aquí se han detectado dos situaciones distintas:

a) La sustitución total del monte por cultivos agrícolas o por praderas.

b) El manejo del monte para realizar un aprovechamiento silvo-pastoril.

La sustitución del monte ha tenido éxito en algunos sitios, aunque en muchos lugares esta acción ha resultado en campos invadidos por el espinillo, cuya eliminación resulta sumamente difícil y onerosa. Para el caso de la ganadería, la solución más lógica parecería ser el manejo del monte, que no sólo brinda maderas de gran valor (en especial postería), sino que además provee abrigo y sombra al ganado.

5. Valor consecuencia del monte.

El monte no sólo brinda productos, sino que además provee toda una serie de servicios de gran importancia a nivel local, regional y nacional. La mayoría de los estudios de caso señalan algunos de estos servicios y en algún caso les otorgan una importancia mayor que la derivada de la propia explotación del monte. Los principales servicios de consecuencia señalados podrían ser agrupados en:

1) Conservación de suelos.
2) Influencia sobre el ciclo hidrológico y la calidad del agua.
3) Influencia sobre el clima y microclima.
4) Refugio y alimento para la fauna silvestre.
5) Abrigo, sombra y reparo para el ganado y los cultivos.
6) Valor estético y recreativo.

Sería de particular importancia profundizar en el estudio del valor consecuencia de los montes nativos, dado que su retroceso o desaparición conlleva impactos ambientales conocidos pero de difícil cuantificación. De estos estudios deberían surgir elementos probatorios suficientes como para poder potenciar la labor de educación en materia de conservación ambiental en general y de los montes en particular.

6. Alternativas productivas del territorio ocupado por el monte natural.

Las distintas alternativas que surgen de los estudios de caso (que no reflejan la opinión del autor de este trabajo), se pueden clasificar de la siguiente manera, tomando en consideración el uso principal que se asigne a dicho territorio:

1) Uso forestal.

a) Bosque natural espontáneo. Existe suficiente experiencia acumulada (aunque no documentada) como para extraer enseñanzas sobre los rendimientos, la regeneración del monte y las posibles medidas a impulsar para lograr un aprovechamiento sostenido del mismo. Sin embargo, se ha prestado muy escasa atención a este tema. Las pautas de manejo estrictamente forestal elaboradas en la década del cuarenta (Rubbo, 1943), fueron aplicadas en algunas zonas del país por el Servicio Forestal de la época, pero sin un seguimiento posterior del resultado de las mismas. Debido a ello y a la falta de investigación posterior al respecto, dichas normas de manejo constituyen más un planteo teórico que prácticas probadas para asegurar el uso racional del recurso.

b) Plantación de especies indígenas. Los estudios analizados muestran que existe una serie de especies nativas que pueden alcanzar grandes dimensiones, aunque se desconoce su ritmo de crecimiento. Sería importante implantar ensayos de forestación artificial con las más promisorias, entre las que se cuentan las siguientes: laureles, tarumán, azoita cabalho, sauce criollo, timbó, quebracho blanco (en blanqueales), lapacho, angico, guayubira, tembatárí, viraró, ibirapitá, etc.

c) Incorporación de especies indígenas y exóticas al monte. El bosque espontáneo puede ser enriquecido con la plantación de especies nativas de alto porte (como la mayoría de las mencionadas en el literal anterior) o especies exóticas (particularmente álamo, sauce híbrido, sauce-álamo, fresno, etc.). Se lograría de esta forma un bosque integrado por dos estratos, pudiendo destinarse el superior a la producción de maderas de diámetro grueso y el inferior a la producción de leña. Otra alternativa consiste en implantar especies de fácil diseminación hidrófila como el fresno o el arce (Acer negundo) aguas arriba de los cursos de agua a fin de que las mismas se propaguen en toda su extensión.

d) Plantación de especies exóticas. En zonas de aptitud forestal ocupadas por bosque natural muy deteriorado o muy pobre puede pensarse en su sustitución total por bosques artificiales de pino, eucalipto, fresno, álamo, etc.

2) Uso agro-silvo-pastoril.

Este tipo de uso combina el forestal (incluyendo las distintas alternativas que acabamos de señalar) con otras producciones como la ganadería, la granja (producción de miel), la explotación de la fauna autóctona (pieles, carne), etc. Se realiza un manejo integrado que busca optimizar y complementar la rentabilidad de las diferentes producciones.

3) Uso agrícola-ganadero.

En algunos casos el monte natural ha sido eliminado para dar lugar a otras explotaciones, particularmente cultivos agrícolas. Este proceso ha sido particularmente intenso en buenos suelos agrícolas ocupados por montes ralos, donde se justifica la sustitución. Menos lógica resulta la sustitución de montes para "agrandar el campo" con destino a la producción ganadera, dado que en este caso puede resultar más interesenate un uso mixto silvo-pastoril.

4) Uso recreativo.

Esto puede resultar una opción válida para montes ubicados en zonas que contengan además otros atractivos turísticos (paisaje, cascadas, playas, quebradas, etc.).

5) Uso como reserva de flora y fauna.

En este caso se puede combinar la conservación pura, la investigación y un uso educativo y recreativo limitado.

Todas las alternativas antedichas deberán estar basadas en el conocimiento del funcionamiento de los ecosistemas de los distintos tipos de monte natural (que además de árboles y arbustos incluye otra serie de elementos físicos, químicos y biológicos). Sobre esa base se podrán elaborar pautas de manejo que aseguren la supervivencia del ecosistema, proveyendo al mismo tiempo al ser humano de una serie de productos y de servicios de indudable importancia (leña, maderas, productos químicos, medicinales, frutos, carne, pieles, sombra, abrigo, conservación de cuencas, etc.).

B. LIMITACIONES DE LOS ESTUDIOS REALIZADOS.

1. Indefinición con respecto a los objetivos del estudio

En general no se plantea la pregunta ¿para qué estudiar el monte natural?. Ello ha traído como consecuencia que la mayor parte de los trabajos se hayan centrado en la descripción botánica de las especies que lo integran, su frecuencia y distribución en el monte, así como sobre los distintos tipos de formaciones boscosas que se encuentran en el país.

Esta falta de objetivos prácticos claros ha determinado que la información recabada resulte insuficiente para elaborar propuestas fundadas de utilización del bosque.

2. Carencias en materia de definiciones y terminología universalmente aceptadas.

No se ha prestado suficiente atención a estos aspectos, por lo que cada investigador adopta criterios y definiciones propios, lo que imposibilita o vuelve muy engorrosa la sistematización de conocimientos. Los siguientes ejemplos e interrogantes ilustran esta situación, agravada por el hecho de la escasa cantidad de trabajos de investigación en la materia.

- ¿Las formaciones boscosas naturales son bosques o montes? Ambos términos ¿son sinónimos? ¿Es correcto hablar de bosques al referirnos a la vegetación de los mares de piedra o al algarrobal o espinillar? ¿Cuándo termina el monte ralo y comienza el prado arbolado? ¿A partir de qué espesura o de qué densidad se puede hablar de formación boscosa? ¿Cuáles son los criterios para definir que un monte es muy ralo, ralo, de densidad media, denso o muy denso?

- De las especies arbóreas y arborescentes existentes: ¿cuáles deberían ser consideradas propiamente árboles y cuáles clasificadas de otra forma? (por ejemplo árboles de pequeño porte, etc.). Hasta el presente no existe ningún criterio común y, dado que la mayor parte de los estudios son descriptivos, se enumeran las especies halladas sin discriminar en este sentido (por ejemplo: laurel (árbol), envira, cedrón del monte (arbustos), tarumán (árbol), espina amarilla (arbusto), etc.).

3. Carencias en lo referente a la estandarización de la metodología utilizada.

Si bien este aspecto está relacionado al tema del objetivo del estudio y por consiguiente la metodología podrá variar de acuerdo a los distintos objetivos posibles, no es menos cierto que aún cuando el objetivo sea el mismo, la metodología varía de un investigador a otro. A modo de ejemplo, se puede señalar el caso de las parcelas de muestreo que se establecen para la determinación de especies en el monte. La forma y la ubicación de las mismas son distintas en casi todos los trabajos por lo que no resultan comparables. Hasta el momento no existen técnicas de muestreo standard adecuadas para los distintos tipos de montes y aceptadas por los investigadores que trabajan en el área.

4. Escaso nivel de cuantificación.

Los distintos trabajos aportan muy poca información cuantificada acerca de la calidad de los montes naturales (conformación y altura útil de fustes, ramosidad, número de rebrotes por cepa, volumen por hectárea, edad, estado sanitario, etc.).

5. Distintos grados de exhaustividad.

Las carencias antedichas determinan además que el grado de exhaustividad varíe de un estudio a otro, volviendo muy difícil (cuando no imposible) extraer conclusiones válidas de la comparación entre la información relevada en cada uno de los casos.

6. Un gran vacío de investigación: el monte natural como ecosistema.

Existe un gran vacío de investigación en cuanto al estudio del ecosistema monte natural, donde interactúan factores físicos, químicos y biológicos. Si bien la mayor parte de los trabajos analizados incluyen algunos otros componentes del ecosistema relacionados con la flora arbórea (topografía, suelo, agua, flora asociada, etc.), no se han detectado estudios que analicen la estructura y la dinámica del monte como ecosistema. Este tipo de estudios resultan imprescindibles para encarar un manejo racional del monte y de sus distintos integrantes, particularmente flora arbórea y fauna.

También existe un vacío en cuanto al estudio de las interacciones entre el monte natural y otros ecosistemas. Aquí interesaría investigar en particular la incidencia de la flora y la fauna que se refugia en el monte sobre la producción agropecuaria adyacente, así como los efectos del monte en su conjunto sobre otros ecosistemas (por ejemplo, conservación de cuencas hídricas).

7. Otros vacíos de investigación.

Si bien aún resta mucho por investigar, señalamos a continuación algunos de los aspectos que entendemos prioritarios:

a) Cuantificación de la superficie cubierta por los distintos tipos de montes unida a elementos cualitativos que permitan evaluar su estado actual.

b) Realización de ensayos comparativos de distintos métodos de manejo para cada tipo de monte.

c) Seguimiento a largo plazo (con parcelas permanentes) de la evolución de distintos tipos de montes ubicados en diferentes zonas del país. Entre otras cosas, esto permitiría evaluar el ritmo de crecimiento y el turno de explotación de cada monte (así como de cada una de las especies que lo componen), el estado sanitario, la incidencia de accidentes climáticos (crecientes, sequías), la relación de la fauna indígena con el monte, etc.

d) Realización de ensayos de forestación con especies indígenas valiosas, a fin de determinar la posibilidad de incorporar algunas de ellas a los planes de forestación del país, fundamentalmente en zonas de monte natural degradado.

En síntesis, del análisis de los estudios de caso surgen dos conclusiones básicas:

1) Existe un conjunto relativamente importante de conocimientos sobre el monte natural, particularmente en lo referente a los distintos tipos de formaciones boscosas, composición botánica y distribución de las especies.

2) Dicho conocimiento resulta aún insuficiente para elaborar propuestas fundadas de aprovechamiento racional del recurso.

BIBLIOGRAFIA

I. ESTUDIOS DE CASO.

1. BASTON, Julio.- Estudio de la flora arbórea de los bosques de la Sierra de las Animas. Montevideo, Facultad de Agronomía, 1983. 132 p. (Tesis Ing.Agr.).

2. BERRUTTI, Andres & MAJO, Héctor.- Decripción de la flora arbórea de montes ribereños de los departamentos de Rivera y Paysandú. Montevideo, Facultad de Agronomía, 1981. 241 p. 2 vol. (Tesis Ing. Agr.).

3. CHEBATAROFF, Jorge.- La Sierra Mahoma. Montevideo, Imp. Moderna, 1944 (Apartado del Boletín de la Sección de Investigaciones Botánicas del Instituto de Estudios Superiores).

4. -----.- Observaciones fitogeográficas en la región de Tambores. Revista Sudamericana de Botánica 5 (5/6) : 159-70, 1938.

4. GALLINAL, J.; BERGALLI, L.; CAMPAL, E.; ARAGONE, L.; ROSSENGURTT, B.- Estudios sobre praderas naturales del Uruguay. Primera contribución. Montevideo, Germano Uruguaya, 1938. 208 p.

6. MAJOR, Graciela & TORIGHELLI, Beatriz.- Relevamiento y descripción de la flora arbórea y arborescente del Parque Nacional San Miguel, Departamento de Rocha. Montevideo, Facultad de Agronomía, 1987, 2 vol. (Tesis Ing.Agr.).

7. NIN, Raúl.- Un estudio de los árboles y arbustos nativos de las márgenes del río Yí desde el Paso San Borjas hasta la desembocadura del arroyo Maciel. Montevideo, Facultad de Agronomía, 1981, 63 p. (Tesis Ing.Agr.).

8. PORCILE, Juan.- Los bosques nativos en el área Valizas - Cabo Polonio. I. Descripción preliminar. Montevideo, Dirección Forestal, 1988, 12 p.

9. PORCILE, Juan.- Informe relativo a la posible realización de trabajos de deforestación en los montes marginales del río Cebollatí. Montevideo, Dirección Forestal, 1987. 21 p.

10. PRADERI, Ricardo.- Aspectos de la vegetación del arroyo Tres Cruces Grande del departamento de Artigas. Boletín de la Sociedad Taguató 1 (1) : 5-13, noviembre, 1958.

11. ROLFO, Marta.- Estudio del género Prosopis en el Uruguay. Montevideo, Facultad de Agronomía, 1970. 109 p. (Tesis Ing. Agr.).

12. ROSENGURTT, Bernardo.- Estudio sobre praderas naturales del Uruguay. Tercera contribución. Montevideo, Barreiro y Ramos, 1943. 281 p.

13. RUBBO, Rómulo & LOPEZ, Elbio.- Estudio de la flora forestal y explotación e industrialización de los montes indígenas, en el embalse del Rincón del Bonete. En: Memorias presentadas a la primera Conferencia Nacional sobre Aprovisionamiento y Racionalización en el Empleo de los Combustibles. Montevideo, ISAP - Imp.Uruguaya, 1943.

14. SGANGA, J.; PANARIO, D.; LIESEGANG, H.; MOLFINO, H.; TRABAUER, A.- Relevamiento edafodasológico semidetallado del valle del río Uruguay. Montevideo, Dirección de Suelos, 1984. 66 p. (Boletín Técnico Nø 1).

II. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA.

1. CARRERE, Ricardo.- El monte natural uruguayo: un recurso renovable. Montevideo, CIEDUR, 1988. 17 p. (Documentos de Trabajo Nø 50).

2. CHEBATAROFF, Jorge.- Algunos aspectos evolutivos de la vegetación de la Provincia Fitogeográfica Uruguayense. Montevideo, Ligu, 1960, 15 p.

3. -----.-Geografía de la República Oriental del Uruguay. Montevideo. Barreiro y Ramos, 1979. 160 p.

4. -----.- La vegetación del Uruguay y sus relaciones fitogeográficas con la del resto de la América del Sur. Revista Geográfica del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (México) 2 (4-5-6) : 49-90, 1942.

5. DEL PUERTO, Osvaldo.- La extensión de las comunidades arbóreas primitivas en el Uruguay. Montevideo, Facultad de Agronomía, 1987. 12 p. (Notas Técnicas Nø 1).

6. INTENDENCIA MUNICIPAL DE MONTEVIDEO, Servicio de Paseos Públicos. Museo y Jardín Botánico. Curso de conocimiento y reconocimiento de la flora indígena. Montevideo, IMM, 1988. 101 p.

7. LOMBARDO, Atilio.- Flora arbórea y arborescente del Uruguay. Montevideo, IMM, 1964. 151 p.

8. LOPEZ, Elbio & CUSSAC, Carlos.- Arboles forestales en el Uruguay y problemas afines. Montevideo, Mercant, 1943. 204 p.

índice

Serie "Investigaciones" Nº 72 de CIEDUR Mayo de 1990.

 


Inicio / Monte Indígena / Plantaciones Forestales / Fábricas de Celulosa
Grupo Guayubira
Maldonado 1858 - Montevideo - Uruguay
tel: (+598) 2413 2989 / fax: (+598) 2410 0985
info@guayubira.org.uy