Complejo forestal y complejo pastoril bovino

Aproximación para la comparación. Empleo y concentración de la tierra

por Ec. José A. Rocca (*)

La idea de estudiar este tema surge al ver que frente a las críticas realizadas por Guayubira sobre el impacto ambiental resultante de los monocultivos de árboles a gran escala, los promotores de las plantaciones forestales anteponían argumentos como la generación de empleos y otros indicadores económicos, considerando en la mayoría de las veces toda la cadena forestal, o sea, considerando no sólo los empleos directos sino también los indirectos –muchos de los cuales ya existían. Encomendamos al Ec. José Rocca que hiciera un estudio comparativo de dos cadenas productivas: la forestal y la cárnica, considerando que la ganadería es la actividad que menos empleo genera. A continuación compartimos la exposición de José Rocca sobre los resultados de este trabajo.

José Rocca: Como se mencionó recién, uno de los puntos que se dan por sentados dentro del planteo oficial es el de los beneficios económicos de la cadena forestal. En función de esos beneficios económicos, y no solo económicos, bien vale el sacrificio del medio ambiente y de algún problema que pudiera haber; son tan buenos y tan aplastantes que justificarían desde esa óptica la implantación de este modelo. Eso se da casi como un elemento indiscutido y el problema empieza desde allí ya que en lo particular creíamos, y ahora de algún modo esta pequeña investigación nos reafirma la idea, de que el complejo forestal entre otras cosas, más que generar empleo hace perder empleo, o por lo menos estamos en una situación de empate. De todas maneras los elementos que me plantearon aquí en Guayubira me parecieron muy importantes cada uno de ellos.

El tema del empleo, como decíamos recién, es un tema clave en el desarrollo productivo de un país en términos de distribución del ingreso y en términos de equidad. Creo que está de más hablar de las virtudes de que se genere empleo más allá también del salario digno que es lo que siempre debe acompañar al empleo, pero el empleo es una variable básica a estudiar en cualquier impacto económico que queramos abordar.

Un segundo elemento de importancia es el tema de la concentración o desconcentración de la tierra, otra de las variables claves que tratamos de tomar aquí. La tierra para nosotros es un tema discutido hoy por hoy, incluso hasta también indiscutido del otro lado, pero a mi modo de ver, la tierra es como el aire, como el agua, es uno de los sustentos de la vida. La tierra no es una mercancía, no puede ser analizado como una mercancía y evidentemente la concentración de la tierra de alguna forma va en el sentido inverso de lo que debería ser una verdadera democratización de su uso entre otras cosas y, de algún modo, el tema de la mayor o menor concentración es otra variable clave a estudiar e investigar.

Otro elemento que por viejo me pareció un lugar común en la izquierda, un tema indiscutible también –por lo menos entre los que éramos de izquierda y los que queremos seguir siendo de izquierda– es el tema de la extranjerización, pero ahora parecería que en lugar de ser un perjuicio es una virtud, por eso queremos plantear cómo vemos este problema.

Cuando analizamos la extranjerización de la tierra, de los medios de producción y de las empresas, no lo analizamos como un tema de chovinismo, tampoco es un tema de decir que los empresarios uruguayos son mejores que los extranjeros o menos explotadores, no, explotadores son todos, es la ley del capitalismo, pero hay un tema que para mi es clave y sigue siendo clave: la empresa extranjera o la tierra en propiedad de extranjeros se debe a sus accionistas, a sus dueños, y entonces la riqueza generada en el interior del país se transfiere al exterior, por lo menos en mayor medida. Es decir, las ganancias de una empresa extranjera instalada en el país, necesariamente van a ser transferidas a sus accionistas, que son a los que responde esa dirección, por lo tanto ese es otro tema, para mí, clave. Creía, quizás inocentemente, que después de los trabajos de Galeano, después de Las venas abiertas de América Latina, después del “Ché”, de Fidel, era un tema que ya la izquierda lo tomaba por lo menos como una base común, pero hoy hay que volver a discutir aquello de Perogrullo. Aquellos temas que eran lugares comunes, hoy por hoy aparecen no solamente cuestionados sino como “¿Qué hay de malo en eso?, ¿cuál es el problema? Que vengan los inversores, son una bendición”, en un discurso en el cual paradojalmente, los inversores son los buenos y los trabajadores que se movilizan pasamos a ser los malos. El esquema que siempre planteó la derecha, hoy uno lo escucha dentro de la izquierda –no sé si llamarle la izquierda porque a esta altura ya son términos confusos– pero éstas eran las discusiones que uno daba con la derecha.

Obviamente tampoco se puede asimilar el tema de la extranjerización con un tema de cédula. La extranjerización actual no es el caso de aquellos españoles, italianos, libaneses o polacos que venían al Uruguay. Eran extranjeros pero venían a radicarse, se venían a quedar, no es el caso de hoy. Hacer una comparación con eso es, a mi entender, una gran ignorancia de la realidad, un gran desconocimiento. No digo ignorancia como un término peyorativo sino como un término de desconocer lo que era la realidad de 1890 con la realidad actual y desconocer las características del proceso de extranjerización actual. Entre otras cosas y en el caso de la forestación creo que es un ejemplo muy típico. Estamos hablando de grandes empresas extranjeras que no vienen a radicarse y a quedarse aquí a futuro, sino de empresas que tienen al mundo como su campo de acción y por lo tanto aparece otro efecto negativo. El empresario jugado a una realidad económica determinada que vive allí, va a cuidar naturalmente los recursos de allí porque a la corta y a la larga son sus recursos, son con los que va a contar. El que está jugando a nivel mundial ¿qué le importa que se muera un río acá si igual va e invierte mañana en otro lado? Es decir, cuando hablamos de la extranjerización o no, para nosotros no es un tema de chovinismo de mentalidad corta –sabemos cómo se usa a veces el chovinismo para evitar las discusiones internas– sino un tema de funcionamiento económico, un tema de imperialismo por un lado y dependencia por otro, esos términos que ahora son sustituidos con palabras siempre poco claras: globalización, equidad, etc. Cuanto más confuso el término, cuanto menos exacto, mejor porque así nadie sabe muy bien de qué se trata, qué es lo que hay adentro del paquete y ahí nos viene el paquete entero.

Entonces, las tres variables que se me plantearon aquí me parecieron las tres de enorme trascendencia y las tres son clave en cualquier estudio económico.

El otro elemento que también ahora se mencionaba aquí, que es un poco una palabrita de esas que nadie sabe muy bien hasta donde llega: el trabajo indirecto. Hoy uno escucha en cualquier lugar que viene un inversor que va a crear cincuenta empleos en, por ejemplo, Flores o Durazno y cinco mil empleos indirectos. Obviamente también en la forestación aparece esto: los directos y los indirectos. ¿Hasta dónde llega el empleo indirecto?, ¿quién lo mide?, ¿cómo se mide?, ¿cómo se cuantifica? El empleo indirecto es una variable que a los economistas nos viene muy bien porque cualquier número que tiremos no nos pueden decir que no. ¿Hasta dónde llega el trabajo indirecto?, ¿cuáles son sus límites?, ¿cuál es el trabajo indirecto que genera la producción de trigo por ejemplo? Obviamente, la producción directa es trabajo directo o indirecto y así llegamos al almacenamiento, el transporte, la panadería y el trabajador de la panadería que se corta el pelo en frente a la panadería es trabajo indirecto y entonces la carpintería que hace la pala que se usa en la panadería es trabajo indirecto y si se rompe el horno de ladrillo o la puerta es trabajo indirecto. Cualquier rubro que agarremos, si nos ponemos pesados, los tres millones y más habitantes de Uruguay, todos son trabajadores indirectos de ese sector, porque de una forma u otra podemos llegar a que sea un trabajador indirecto. El término trabajo indirecto es otro término muy conveniente para cualquier análisis económico porque ¿hasta dónde llega? Además como no hay estadísticas, porque no las puede haber de trabajo indirecto, es un tema en el cual vale todo.

Una aproximación que nos parecía más adecuada y más posible de acercarse a una relativa cuantificación, es el término de cadena o complejo. La cadena o complejo ya nos da una base de sustentación real para el análisis de lo que podríamos llamar, y reitero no me gusta para nada el término, “trabajo indirecto” porque allí aparece un criterio más o menos objetivo. La cadena que nace con la plantación de la vid sigue con el vino, sigue con las bodegas, sigue con las empresas que hay por ahí –los templos de Baco– que aparecen y, más o menos, por allí va la cadena o por allí va el complejo. O los arándanos, hasta dónde llega la cadena de este rubro. El concepto de cadena o complejo es un concepto que se utiliza en economía y que de algún modo es un concepto útil para este tipo de análisis. Tampoco es un término exacto. ¿Hasta dónde llega el complejo?, ¿cuáles son sus ramificaciones?, ¿hasta donde se acota? Siempre también hay un margen, hay zonas grises que van a ser discutibles, pero de todas maneras nos permite una base de acercamiento un poco menos elástica que el concepto de trabajo indirecto, porque en el trabajo indirecto juega todo lo que Keynes ha llamado el efecto multiplicador de cualquier producción. O sea, cualquier producción genera una serie de efectos alrededor que si uno va mirando los efectos de los efectos, como decíamos hoy, trabajo indirecto puede ser todo, puede llegar a cualquier lado. En este sentido el concepto, reitero, de cadena o complejo nos ha dado una base un poco más firme para acercarnos al problema.

Con estos instrumentos tratamos de hacer una primera aproximación al tema. Son temas que para llegar a cuantificaciones, más o menos exactas, requerirían equipos de trabajo, series de datos, estudios mucho más detallados, más exactos, si se quiere llegar a esos niveles de precisión. De todas maneras, intentamos hacer una aproximación al tema por ese lado.

En ese sentido hicimos una descripción que está en el trabajo que hemos dejado acá de cada una de esas dos cadenas, una descripción general, la cadena bovina por un lado y la cadena forestal por otro. Aquí aparece también ¿por qué elegimos la cadena bovina? Quizás por ser una de las que puede competir mejor, en cuanto a cual es la peor cadena, con la forestal. ¿A qué me refiero? Los que venimos de la izquierda tradicional el gran cuestionamiento siempre fue el latifundio ganadero, era casi el ejemplo del sector que genera poco empleo y que expulsa mano de obra, que hay latifundio, etc. Si la forestación compite mal contra la cadena bovina ni que hablar que compite mal de ahí con todas las otras. Tratamos de buscar la comparación más favorable para la cadena forestal, o por lo menos una de las más favorables y por eso es la elección bovina.

Y aquí hay datos de base. Si vamos al trabajo directo que da la producción forestal y la producción bovina, ambas son de las que generan menos trabajo directo, este es un dato que se puede ubicar en cualquier censo del país. Simplemente para retomar las cifras generales: en la forestación cada mil hectáreas hay entre 4,8 y 4,9 trabajadores considerando incluso los trabajadores zafrales transformados en trabajadores permanentes. En la cadena del ganado vacuno, dentro de la producción directa de los predios, ahí estamos entre 5,8 y 5,9, es decir la forestal está abajo, está peor. Para tomar otros ejemplos, en la frutícola son 71, es decir que es 12 o 14 veces más de lo que genera una hectárea forestal, en la hortícola crece a 138, ahí ya ni que hablar, en la arrocera que es una de las que genera menos empleo estamos en 7,7, también bastante más y en los lácteos 21,8. ¿Cómo se llega a esos datos? Estamos dividiendo –son datos del último censo que lamentablemente es del 2000– la cantidad de trabajadores sobre la superficie forestada. Es decir, cantidad de trabajadores permanentes, y los zafrales transformados en permanentes –260 días de trabajador zafral equivale a un trabajador permanente. Estamos tomando en los primeros eslabones de ambas cadenas. Las condiciones de trabajo, el salario son variables donde este tema todavía la situación es peor.

Luego tratamos de identificar en cada uno de esos dos sectores cuales son los eslabones subsiguientes de la cadena. En la bovina frigorífica, si lo hablamos en términos de cadena, las secuencias claras son los frigoríficos, las curtiembres, por lo menos la parte bovina de las curtiembres, y un poco después los servicios conexos, eso es lo más directo. Lo que buscamos es que los criterios fueran similares para ambos sectores. Se podría decir con toda exactitud que allí tenemos varias subcadenas que surgen del bovino también, es decir la grasa, los pelos, las pezuñas, el uso del páncreas, del hígado para hacer productos químicos, etc. Allí nada más que con la cadena, si siguiéramos las subcadenas llegamos de vuelta a los 3.300.000 habitantes pero, para tratar de ganar en cierta precisión tomamos el eje de la cadena, lo cual también hicimos con la cadena forestal obviamente. O sea, frigorífico, cuero y todos los servicios derivados que pasa por la carnicería, que pasa por los servicios portuarios vinculados al sector, rubros en los cuales normalmente los datos vienen muy agregados, tanto para los frigoríficos como para la madera. Vienen como trabajadores de transporte, no viene quién transporta madera y quién transporta carne, o viene servicios portuarios, no viene qué servicio portuario se asigna a cada sector. Hay que buscar allí por lo que en un sistema de prorrateo en cuanto a la importancia de la exportación dentro del total.

En el caso de la forestación aparece una dicotomía muy grande entre la teoría y la realidad uruguaya. Primero, la forestación hablamos aquí igual que en el caso de los bovinos, la forestación real, no la posible. Tomamos la cadena que surge de la plantación forestal, obviamente se puede decir que la madera puede tener mil usos, pero la plantación forestal está enfocada en monocultivos y en monocultivos especializados en la producción de pasta de celulosa. Esa es la base real de la producción, es la base de la cadena. Básicamente, a partir de allí aparecerían tres grandes continuaciones de la cadena que, por lo menos en teoría, son: la leña, los aserraderos y el papel. Pero ¿qué es lo que sucede? Lo que sucede es que el impacto de la plantación forestal, las consecuencias de este esquema forestal sobre estos tres subsectores en lo interno, fueron prácticamente nulas. La industria del papel tenía una dinámica previa que no se alteró a partir de la plantación de celulosa porque los eucaliptos de Uruguay no van para la industria del papel uruguaya, que se alimenta de los clasificadores, de la importación, de las cartonerías, etc. No tiene nada que ver con las plantaciones de eucaliptos o de pinos realizadas en Uruguay. En cuanto a la leña, curiosamente, se da una paradoja. Dentro de la producción de energía, hicimos una serie histórica y la participación de la energía proveniente de la madera en la producción energética del país descendió, o sea que allí el efecto fue absolutamente nulo. Esto se complementa con todos los datos que revelan que la plantación forestal y el eucalipto ha tenido como destino la exportación con lo cual toda la subsecuencia a sido muy pobre desde el punto de vista de la generación de empleo en los eslabones que parten de la cadena forestal.

Para hacer una asignación determinada consideramos, fundamentalmente en el sector de los aserraderos y de la madera, que el 30% del empleo del sector podía corresponder a la cadena forestal, porque más o menos fue lo que creció a partir de los años que pueden ir entre 90-95 y el 2005. Todos estos datos vienen muy agregados (la Rama 20 y 21) está el corcho, la madera, el chipeado… Entonces dentro de ese subsector, del empleo total, calculamos que, más o menos y siendo proclives a la base forestal, un 30% del empleo podría corresponder a esa base.

Más o menos con estos elementos me dio la conclusión final de que tomando el empleo y la cadena se llega en un caso y en otro a aproximadamente a ocho trabajadores cada mil hectáreas, contando los directos en el campo, más todo lo derivado. Aquí más o menos hay un empato, aunque si nos ponemos finos la cadena que surge del bovino daría más empleo. Consecuencia: por cada hectárea que se transfiere de cualquier otra actividad a la forestación o a la plantación forestal, en lugar de ganar empleo se pierde. Incluso habría otro elemento a considerar que es el empleo que se perdería por deterioro de condiciones ambientales. Este elemento es casi imposible de calcular pero, es obvio y casi natural que se pierde mucho más en la forestación que en la ganadería. Para tomar otro ejemplo, si mañana generamos un polo de producción de cerdos en la puerta de Punta del Este, tenemos que calcular cuanto trabajo genera la producción de cerdos y la cadena pero también tenemos que calcular cuanto se pierde por turismo. En la cadena forestal habría que hacer algo similar, no está hecho porque se hace casi imposible el cálculo, dar una cifra concreta de lo que se pierde: el aire o el agua contaminada. Podríamos dar cualquier cifra y nadie diría nada. De todos modos, aun con ese escenario, la transformación marca pérdida de empleo. Para evitar que jugaran demasiado los prejuicios preferimos pecar de estrictos en el cálculo.

En cuanto a la variable concentración, el latifundio ganadero se llenaría de rubor frente al latifundio forestal, en esto creo que no hay mucho para inventar, hay cifras de todo tipo pero si algo es claro, los establecimientos marcan niveles de concentración prácticamente record mundial. Tanto en los niveles de concentración como en los niveles de centralización de la propiedad de la tierra, ambas variables marcan consecuencias muy negativas para el país, de cualquiera de estos dos ángulos, lo cual también tiene efectos muy perniciosos de todo punto de vista. Desde punto de vista de la elaboración de una estrategia económica para el país, el problema de la extranjerización, especialmente cuando no hay un proyecto de país más allá de atraer la inversión extranjera, marca que a partir de allí la estrategia, de hecho, la van a determinar estas cadenas. En los hechos, sus proyectos se van a transformar en los proyectos del país. Ya creo que se están transformando o se han transformado, ya uno lo puede ver en el día a día. Uno no sabe cuales son las decisiones del gobierno y cuales son las decisiones de BOTNIA por ejemplo. Es muy difícil saber ciertas decisiones de donde nacieron, lo cual explicaría también ciertas idas y venidas de que “lo hago mañana, no, pasado, de que va, que viene, de que aquí, que allá”. Si uno se pone a pensar mal, hasta puede pensar que vinieron las decisiones “No, mira que nos pasó esto, vamos a empezar mañana o pasado” entonces buscamos algún argumentito para justificar. Lo que sí es cierto es que la estrategia la pasan a fijar las empresas extranjeras instaladas en el país, un poco a partir de todo esto.

Decíamos también, el tema de la extranjerización en cuanto a la transferencia de excedentes al exterior o para decirlo en términos criollos, la ganancia que generan los trabajadores uruguayos, en la medida que es apropiada y que se transfiere a accionistas en el exterior, ni siquiera es utilizada en o para el país. Los excedentes generados en el país se transfieren básicamente al extranjero, con lo que ello significa de todo punto de vista o con lo que va a significar. Reitero, aquí cuando cuestionamos al capital extranjero en ese plano no es por un tema de chovinismo estrecho, sino simplemente de uso de los recursos generados por el trabajador local. Esos recursos son estratégicamente definidos por empresas extranjeras y se van al exterior.

En la vieja izquierda, dentro de los lugares comunes, estaba aquella historia de países bananeros cuando hablábamos hasta con cierto desprecio de países que de algún modo no eran independientes económicamente porque su economía la dirigían grandes plantaciones del exterior. Tristemente estamos en un país en el cual, volviendo al término cadena, los eslabones principales de la cadena, lo que en términos económicos se llama el núcleo de la cadena, el sector que emite las señales para el funcionamiento de la cadena, se ubica en la demanda externa, en la empresa que aquí produce la celulosa y la que recibe directamente las señales de la demanda externa y eventualmente se ubica directamente en la propiedad de la tierra, pero aquí todos los eslabones están directamente en manos de ese capital extranjero. Hay que reconocer también que la cadena frigorífica en este momento está compitiendo bien, para mal, dentro de ese sector, es decir que también estamos dentro de un proceso de extranjerización en ese plano. De todos modos, aun siendo grave este hecho, también a la extranjerización frigorífica le daría rubor frente al grado de extranjerización de la cadena forestal.

También aparece un elemento básico que tiene que ver con otro elemento que señalábamos al comienzo: el uso de la tierra no como una base de la vida sino como una mercancía, lo cual marca un poco aquel mito del rey Midas a escala planetaria: “vamos a producir y plantar aquello que nos da más oro”. El tema es que puede llegar un momento en el que si transformamos todo en oro ¿qué vamos a comer? Ya lo estamos viendo también en la evolución de los precios, que es otro efecto lamentable de todo esto.

Para sintetizar la idea, en cualquiera de los tres rubros analizados a lo sumo se puede plantear un empate con la ganadería bovina desde la perspectiva de la forestación o eventualmente una situación más negativa. Reitero también, ya ni que hablar cuando estamos planteando la posibilidad de que una tierra apta para la horticultura o para la vid se transforma en producción de eucaliptos. Allí ya la pérdida de empleo es terrible en términos de país. Por más que inflemos la cadena forestal, llegar de 8 o 10 a los 170 de otra cadena es casi imposible.

Más allá de las carencias que tiene este trabajo, que sé que las tiene de todo tipo, por un tema de tiempo, de información y de posibilidades, trato de hacer por lo menos un esfuerzo porque la discusión se centre en lo que entendemos debe centrarse. Todas las discusiones han logrado, de parte del gobierno, los medios de prensa y la derecha económica del país que uno a veces tenga la percepción de que el gobierno cobra al grito en ese plano, cuando le gritan los blancos y los colorados “guarda que podemos perder el votito por acá y vamos a hacer…”, pero que la discusión se ha planteado en términos de una especie de partido de fútbol o de guerra virtual con Argentina, y cada vez que la guerra esa se achica se busca algún elemento, como que aparece un misil o aparece una invasión por aire, mar y tierra. La vieja teoría del enemigo externo, como las Malvinas cuando los militares argentinos. Un enemigo externo une, pero lo que es peor, evita la discusión interna, porque cualquiera que internamente discuta se convierte en traidor potencial, en quinta columna, que le hace el juego al enemigo. Es una forma terrible del fascismo ideológico. Entonces, el esfuerzo que realizamos impulsado por lo que planteaba Guayubira en el incentivo a esta investigación es que el análisis se centre en: el proyecto Uruguay país forestal-celulósico-plantación ¿sirve a Uruguay?, ¿sirve al empleo?, ¿sirve a la producción o no? Eso es lo primero que tenemos que discutir y esa es la discusión que uno siente que falta dentro de esta parafernalia de que uno prende cualquier informativo y aparece bombardeado por discusiones que en lo personal pienso que no son las que sirven a lo que debiera ser una discusión de un proyecto nacional, que entre otras cosas uno tiene el temor de que no se quiera dar no solamente en el terreno forestal sino en otro terreno. Esto porque en la medida que un país se juega al mercado como proyecto de país ya la discusión no tiene sentido. Porque si el proyecto lo va a definir los inversores extranjeros o el mercado, esa cosa abstracta sin historia y sin sociedad… Cuando muchos economistas hablan del mercado parece que fuera una construcción no de humanos: “Lo dice el mercado”. Es como que hablaron con el oráculo de Delfos y el oráculo dijo: “El mercado quiere tal cosa”, y ¿quién se va a oponer a un Dios tan poderoso?, solamente un ignorante. Entonces aparecen los economistas a fundamentar que “la economía dice esto, la economía dice lo otro”. La economía son ellos, son ellos economistas.

Uno que trata de reivindicar la economía social, la economía política, para muchos la economía se convirtió en un cocktail de números, indicadores sin tiempo, sin historia y sin nada, e indicadores con partido también. Si el mercado es el Dios, los números son la Biblia, son el mensaje de Dios hacia los hombres, cuando los números también los construimos los seres humanos sobre ciertos criterios. Entonces, lo que hay que discutir son los criterios sobre los que se elaboran los números, no los números, el número es el resultado. Del mismo modo que una persona no es 1,80, 30 latidos del corazón, tanto de pulsaciones, ni siquiera la salud de una persona es eso –esos son indicadores de la salud– un país no es PBI de tanto, precio tanto, IPC de tanto, desocupación de tanto, esos son indicadores. Pero también estamos en el predominio, en la dictadura de los indicadores, indicadores que muchas veces cuando uno empieza a hablar como han sido calculados son muy cuestionables desde todo punto de vista.

En cuanto al PBI, hay una cosa muy clara: en la medida que un país se hace más inseguro por las condiciones sociales y se construyen rejas, la producción de rejas aumenta el PBI. Si llegáramos a un grado tal que el aire fuera irrespirable y se produjeran máscaras, eso aumenta el PBI. Decía un francés, con esa ironía que tienen a veces los franceses para estas cosas, que si un señor se casa con su cocinera o su empleada disminuye el PBI, porque una transacción que antes era mercantil y que implicaba un salario ahora se hace a nivel interno con lo cual baja el PBI. Dicho de otro modo, estos años, en la medida que mucha gente por razones laborales tiene que comer afuera y deja de comer en su casa, aumenta el PBI aunque coma peor.

Daría para otra charla sobre otro tema pero lo que quiero marcar es lo relativo que son todas las cifras, incluso las que estoy haciendo, pudiendo cuestionar cada uno de los supuestos con lo cual están hechas. Y está bien. Por eso decimos que es una aproximación a un tema que debería y tendría que ser discutido, que es el proyecto de país y las consecuencias económicas de este proyecto de país.

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Bajar aquí el trabajo completo en formato pdf

(*) Taller del Grupo Guayubira – 14/11/ 2007

About Grupo Guayubira

El grupo "Guayubira", fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. El grupo aspira a tener incidencia a nivel nacional y local para implementar medidas que ayuden a la conservación del monte indígena y a modificar el actual modelo insustentable de desarrollo forestal basado en los monocultivos de árboles a gran escala.
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