Equipo de evaluación del Banco Mundial recibe a organizaciones uruguayas por fábricas de celulosa

En el día de hoy 11 de octubre, a las 13 hs., diversas organizaciones uruguayas fueron recibidas en el Hotel Sheraton por Manuel Rodríguez Becerra, Ximena Gamboa Duran y Amad Inamdar, quienes forman parte del equipo de evaluación de la Oficina del Ombudsman y Asesor en Materia de Observancia de la Corporación Financiera Internacional, organismo del Banco Mundial.

El equipo tiene la tarea de recabar información acerca del conflicto planteado en torno al proyecto de instalación de dos fábricas de celulosa sobre el río Uruguay por las empresas ENCE (española) y BOTNIA (finlandesa) y responde directamente ante el presidente del Banco Mundial.

Como parte de su gira, la comitiva atendió las argumentaciones presentadas por representantes de los grupos Guayubira, REDES-Amigos de la Tierra, Movimiento Mundial por los Bosques, RAPAL Uruguay y Comisión Multisectorial, quienes han venido denunciando los perjuicios sociales, ambientales y económicos de los emprendimientos proyectados.

Las organizaciones hicieron entrega, además, de una carta (reproducida al final de este artículo) dirigida a la Asesora en materia de observancia de las políticas ambientales y sociales de la CFI (Ombudsman), reclamando que exija una evaluación del impacto de las fábricas de celulosa sobre la pobreza abarcando tanto el sector forestal como los demás sectores que podrían verse afectados, y que recomiende a la CFI no atender el financiamiento solicitado por ENCE y BOTNIA, “en función de los perjuicios que acarrearía a la sociedad uruguaya y a sus posibilidades de emprender un camino de desarrollo sustentable, entendido éste como la posibilidad de acceder de manera equitativa a condiciones de trabajo dignas sin destruir con ello la riqueza de nuestros recursos naturales”. El texto completo de la carta está disponible en:

Además de los grupos mencionados, adhieren a la reclamación: Centro de Estudios Uruguayos de Tecnologías Apropiadas (CEUTA), MOVITDES de Fray Bentos, Vecinos de Ciudad de la Costa y Costa de Oro, Coordinadora contra los monocultivos forestales y plantas de celulosa de Mercedes, Grupo Ecológico de Young, Secretaría Regional Latinoamericana de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA), Grupo Eco Tacuarembó.

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Para:

Meg Taylor

Asesora en materia de observancia de las políticas ambientales y sociales de la CFI/Ombudsman

2121 Pennsylvania Avenue, NW

MSN F 11K-1116

Washington, DC 20433

USA

Fax: 001 202 522 7400

E-mail: mtaylor@ifc.org / cao-compliance@ifc.org

C.c.

Amar Inamdar

Oficina del Ombudsman de la CFI

E-mail: inamdar@ifc.org / cao-compliance@ifc.org

Montevideo, 11 de octubre de 2005.

Quienes suscriben, integrantes de las diversas organizaciones de la sociedad civil uruguaya que se identifican en la firma, nos presentamos ante Ud. para exponerle los siguientes motivos que fundamentan la reclamación que nos anima.

Lo hacemos en calidad de directamente afectados y también representando un sector de la opinión pública que se ha expresado públicamente y de diversas formas en contra de las repercusiones sociales y ambientales que tendrían los proyectos que a continuación expondremos.

I. La Corporación Financiera Internacional está considerando el apoyo financiero a los proyectos 23681 Celulosas de M’Bopicuá, presentado por la empresa española ENCE y 23817 Orion, presentado por la empresa finlandesa Metsä Botnia, para la producción de celulosa con proceso ECF. Ambas fábricas se emplazarían en nuestro país sobre el Río Uruguay, en el departamento de Fray Bentos, a unos pocos kilómetros una de otra. La magnitud de la escala las convertiría en uno de las mayores complejos celulósicos del mundo en uno de los países más chicos del mundo.

II. De concretarse los proyectos nos consideraríamos lesionados en lo que la doctrina moderna recoge como derechos humanos, por los siguientes perjuicios.

Perjuicios sociales: las fábricas de celulosa desplazarían más empleos de los que crearían, por dos consideraciones:

1. El proceso industrial comprometería las aguas del río y la atmósfera cercanas a las fábricas inhabilitando las actividades de pesca y de turismo de la región y poniendo en riesgo las actividades de apicultura y agricultura. Alrededor de 300 personas viven en esta zona de la pesca artesanal, y en cuanto al turismo, aproximadamente el 20% de la ciudad de Fray Bentos está vinculada a esa actividad. En cuanto a las actividades de apicultura y agricultura se verían seriamente perjudicadas por la lluvia ácida producto de las emanaciones industriales.

2. Es necesario considerar que la fabricación de celulosa está directamente vinculada a la plantación de grandes extensiones de eucaliptos, de donde se extrae la materia prima. El desarrollo forestal que ha tenido lugar en el Uruguay para tal fin lo ha sido a costa del ecosistema de pradera, de la integridad de nuestros recursos hídricos, de la semi-esclavitud de los trabajadores del rubro, de un gran traspaso de dineros de la población (más de 400 millones de dólares) a los grupos de interés que se vieron favorecidos con este negocio, de un proceso de concentración y extranjerización de la tierra. La instalación de las fábricas implicaría aumentar la forestación en la región –con los referidos perjuicios- y destinar a las plantaciones forestales campos aptos para otras actividades agropecuarias que generan más empleo. Según datos extraídos del Censo Agropecuario 2000, por cada mil hectáreas, el número de trabajadores permanentes es de: 4,49 en la forestación, 5,84 en la ganadería de vacunos, 9,18 en la ganadería de ovinos, 10 en los cultivos cerealeros e industriales, 22 en tambos, 128 en la producción de cerdos, 165 en la viticultura, 262 en la producción para autoconsumo.

Perjuicios ambientales:

1. El funcionamiento de las fábricas implicará la producción de efluentes (por ejemplo, en el caso de Botnia, serán de 41.500 m3 diarios de efluentes líquidos) que contienen tanto sustancias orgánicas como compuestos químicos muy tóxicos, los cuales causarán un impacto ambiental negativo en la calidad del agua del río. Por otro lado, el tránsito de barcos también alterará la calidad de agua del río y la fauna de peces por la descarga de agua de lastre, ruido, residuos tóxicos de la combustión de los motores y aumento de la turbidez del agua.

2. Se producirán emanaciones de gases tóxicos (como por ejemplo cloro, anhídrido sulfuroso y otros productos sulfurados) que impactarán negativamente en la atmósfera y también en los suelos por la formación de lluvia ácida.

3. Se producirán gases de efecto invernadero y peligrosos cancerígenos como las dioxinas y los furanos policlorados, además de la combustión de productos azufrados que darán lugar a olores nauseabundos.

4. Se generará compost a partir de residuos de la producción sin un estudio previo sobre su posible efecto negativo sobre el suelo.

5. Se producirán ruidos y contaminación vial [reiteramos la consideración de la gigantesca escala que supone el emplazamiento cercano de las dos fábricas] sumándose a esto los peligros derivados de accidentes en este tipo de instalaciones.

Perjuicios económicos:

1. Las empresas que solicitan la instalación de fábricas de celulosa han sido beneficiadas con régimen de zona franca, que implica una enorme exoneración tributaria con la consiguiente pérdida de posibilidades de ingresos al país y que las coloca en situación de enorme ventaja con respecto a otros emprendimientos, incluso nacionales.

2. El blanqueado de la celulosa exige el consumo de grandes volúmenes de agua. Las empresas tomarán el agua directamente del Río Uruguay, consumo que, en el caso de Botnia solamente, equivale aproximadamente al de tres veces la población de Fray Bentos. Ese usufructo gratuito de una de nuestras mayores riquezas coloca a estas empresas en situación de privilegio con respecto a los ciudadanos comunes que debemos pagar cada litro de agua que consumimos y supone un perjuicio económico en el mediano plazo, agravado por el deterioro de la calidad del recurso agua.

3. Tanto BOTNIA como ENCE han adquirido tierras en las que han establecido las plantaciones forestales que serían materia prima de sus proyectadas fábricas. BOTNIA, con la razón social COFOSA, tiene 100.000 hás, mientras que ENCE con la razón social EUFORES, posee 85.000 hás. La producción de árboles en régimen de monocultivo, con efectos perjudiciales sobre el suelo, la fauna y las napas freáticas, se hace a expensas de la pradera pampeana y sus múltiples servicios ambientales asociados, afectando así de manera bastante irreversible lo que hasta ahora ha sido la base de un sistema productivo sobre el que se estructuró la economía y la sociedad uruguaya.

4. Económica y técnicamente, el Estado uruguayo no está en condiciones de ejercer los debidos controles y para hacerlo tendría que endeudarse aún más.

5. Las inversiones en carreteras y caminería, servicios de salud e infraestructura en general como consecuencia de la instalación de las fábricas, serán aportadas por fondos del Estado. Eso supondrá un incremento del gasto público y posiblemente mayor endeudamiento nacional.

III. Hasta el momento hemos expuesto nuestras consideraciones tanto públicamente ante toda la sociedad, como personalmente a diversas autoridades responsables de las políticas nacionales. Hemos debido contrarrestar la enorme parafernalia de marketing que han desplegado estas empresas y la influencia que tienen sobre los medios de comunicación masivos y el discurso oficial. Aún así, si bien es difícil cuantificar el apoyo con el que contamos, podemos citar como sustento de nuestra representatividad las diversas expresiones sociales de decenas de organizaciones sociales y población en general que han hecho explícito su rechazo a este emprendimiento: más de mil firmas en apoyo a la carta enviada al entonces candidato electo Tabaré Vázquez desde el Foro Social Mundial 2005 solicitándole que no hiciera lugar a la autorización dada por el gobierno anterior para la instalación de las fábricas de celulosa; movilización en el puente General San Martín con organizaciones argentinas en abril de este año; acto en la Plaza Libertad con oratoria de Eduardo Galeano en mayo de este año; numerosísimas charlas y debates en centros barriales y sociales; expresiones gráficas en sitios públicos; carta de egresados de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, entre otras.

IV. Entendemos que el uso que haría el complejo celulósico de las aguas nacionales, en las condiciones expresadas, contravendría el espíritu de la reforma del artículo 47 de la Constitución, aprobada mayoritariamente en las urnas en noviembre de 2004, la cual estipula “la gestión sustentable, solidaria con las generaciones futuras, de los recursos hídricos”.

V. Por todo lo expuesto nuestra reclamación apunta a que la CAO investigue si los estudios de ENCE y Metsä Botnia han tenido debidamente en cuenta las preocupaciones expresadas, que exija una evaluación del impacto de los proyectos sobre la pobreza abarcando tanto el sector forestal como los demás sectores que podrían verse afectados por la instalación de las fábricas y que recomiende a la CFI no atender el financiamiento solicitado para los proyectos 23681 y 23817, en función de los perjuicios que acarrearía a la sociedad uruguaya y a sus posibilidades de emprender un camino de desarrollo sustentable, entendido éste como la posibilidad de acceder de manera equitativa a condiciones de trabajo dignas sin destruir con ello la riqueza de nuestros recursos naturales.

VI. Queremos agregar, como hecho relevante a este reclamo, que somos conscientes de la situación de postración económica y social en la que se encuentra nuestro país y que lo hace rehén de necesidades y apremios inmediatos. Seguramente esta situación es caldo de cultivo para decisiones que priorizan medidas cortoplacistas que hipotecarán gravemente no sólo nuestro futuro, sino el de las generaciones que nos sucederán y de las cuales nos sentimos responsables. En momentos en que parte del discurso mundial reconoce la impostergable necesidad de cuidar nuestros recursos naturales, en que numerosos países ven que ya es tarde para recuperar sus suelos y naturaleza destruida, Uruguay puede apostar a ser un “País Natural” y encontrar además una salida económica en ello. Emprendimientos como el que se plantean las empresas BOTNIA y ENCE en nuestro país van en el sentido contrario.

Los puntos expuestos son un resumen de los peligros que los abajo firmantes venimos denunciando. De todo ello tenemos documentación que lo respalda, la cual puede ser requerida al secretariado del Grupo Guayubira (info@guayubira.org.uy) o puede consultarse en la página Web http://www.guayubira.org.uy.

Saludan atentamente,

Grupo Guayubira

Centro de Estudios Uruguayo de Tecnologías Apropiadas (CEUTA)

MOVITDES de Fray Bentos

RAPAL – Uruguay

REDES / Amigos de la Tierra – Uruguay

Vecinos de Ciudad de la Costa y Costa de Oro

Coordinadora contra los monocultivos forestales y plantas de celulosa de Mercedes

Grupo Ecológico de Young

Secretaría Regional Latinoamericana de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación (UITA)

Grupo Eco-Tacuarembó

About Grupo Guayubira

El grupo "Guayubira", fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. El grupo aspira a tener incidencia a nivel nacional y local para implementar medidas que ayuden a la conservación del monte indígena y a modificar el actual modelo insustentable de desarrollo forestal basado en los monocultivos de árboles a gran escala.
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