Esclavitud bajo los árboles

* por Aldo Roque Difilippo, Mercedes

Denuncian dramáticas condiciones laborales en Mercedes

Condiciones laborales rayanas en la esclavitud sufre un grupo de trabajadores dedicados a la tala de árboles. El hecho fue denunciado a LA REPUBLICA por diferentes vecinos de Cerro Alegre. Allí, en medio de una floreciente industria forestal, 15 personas deben trabajar de sol a sol, por apenas $ 100 por quincena careciendo de las más elementales normas de seguridad e higiene.

Al conocer esta dramática situación, LA REPUBLICA llegó al lugar, un campo ubicado en la zona de Cerro Alegre, a pocos kilómetros de Mercedes, en compañía del diputado Roque Arregui, quien tomó nota de la situación realizando la denuncia correspondiente en el Ministerio de Trabajo. Dos inspectoras del Ministerio de Trabajo llegaron al lugar, recabando testimonio de los trabajadores, y labrando las actas correspondientes, iniciando de este modo los procedimientos normales en estos casos.

Esta zona de chacras cercana a Mercedes viene siendo explotada por particulares en la industria forestal que a su vez venden el monte al aserradero Chopitea. La modalidad de trabajo apunta a tomar mano de obra barata, en una situación que linda con la esclavitud ya que estos trabajadores asumen todos los riesgos que implica la tarea, desde cortar el árbol hasta cargarlo en el camión para su traslado al aserradero, donde se les paga entre $ 40 y $ 30 la tonelada, dependiendo si el trabajador pone o no el combustible para la motosierra. Pero además de esto, y del hecho de que cada uno debe poner su herramienta de trabajo, o sea la motosierra, se le suma las pésimas condiciones de salubridad en la que viven. Apenas una carpa construida de bolsas de fertilizante donde se amontonan catres y otros modestísimos enseres en medio del barro.

Llegar al lugar es recorrer un verdadero lodazal, donde un par de carpas congregan a estos trabajadores que desde hace aproximadamente un año están viviendo en esas condiciones sin las más elementales normas de seguridad e higiene. Incluso carecen de agua potable, y el agua que utilizan la sacan de una cachimba existente en la zona, con el consiguiente riesgo para la salud que ello implica.

De sol a sol

“Y se abusan porque no hay nada, no hay otro medio de vida”, indicó a LA REPUBLICA uno de los trabajadores, relatando cuáles son las condiciones de trabajo. Expresando que por el trabajo de talar el monte y cargarlo al camión, en una jornada que se extiende de sol a sol, perciben un jornal de 40 pesos la tonelada, si el trabajador pone el combustible para la motosierra, o $ 30, si lo pone el aserradero. De los cuales se les descuenta la comida y “algo más, porque no vemos boletas, no vemos nada. Es todo de palabra”, y la mayoría de las veces al término de la quincena estos trabajadores reciben como pago entre $ 100 y $ 400, ya que depende de las condiciones del tiempo, pues si no se puede “sacar la leña del monte, uno no cobra nada y sigue gastando en comida”. Sumado al hecho de que cualquier otro inconveniente que pudieran tener, accidentes laborales, necesidad de movilizarse, o que el camión se empantane y no puedan salir del lugar, dependen de la buena voluntad de los vecinos de la zona ya que el propietario del aserradero adonde se destina la madera no se hace responsable de nada.

Una situación similar a ésta fue denunciada en 1997, donde se registraba también la presencia de trabajadores ingresados al país en forma indocumentada, en la misma zona del departamento. Según se nos explicó, la modalidad utilizada para la contratación de estos empleados se basa en los acuerdos de palabra, o recurriendo por parte de estas empresas a un contratista que es quien se hace cargo del personal. Pero que este contratista es tan insolvente como los mismos trabajadores por lo que cualquier reclamo laboral queda “en la nada”.

* publicado en La República, 22 de setiembre de 2002

About Grupo Guayubira

El grupo "Guayubira", fue creado en mayo de 1997, para nuclear a personas y organizaciones preocupadas por la conservación del monte indígena y por los impactos socioeconómicos y ambientales del actual modelo de desarrollo forestal impulsado desde el gobierno. El grupo aspira a tener incidencia a nivel nacional y local para implementar medidas que ayuden a la conservación del monte indígena y a modificar el actual modelo insustentable de desarrollo forestal basado en los monocultivos de árboles a gran escala.
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